El documento que ya contaba con media sanción de la Cámara de Senadores fue aprobado con modificaciones el martes pasado por la Cámara de Diputados. Su tratamiento se dio en medio de movilizaciones de los cañicultores que exigían la aprobación del proyecto de ley y que, en ese afán, intentaron llegar hasta Asunción.
“Consideramos que esta legislación podría generar problemas significativos, como la especulación de precios, al establecer cupos obligatorios; la intervención en el libre mercado, distorsionando la oferta y la demanda; y la ambigüedad regulatoria, que podría llevar a decisiones arbitrarias y aumentar la incertidumbre para los inversores”, dijo Corsi a ÚH.
El empresario señaló que este tipo de normativas pueden distorsionar las reglas de la libre competencia, así como las del mercado.
“Esta ley podría desincentivar la innovación al limitar la diversidad de materias primas. Es importante destacar que hasta ahora se ha vendido más etanol de maíz que de caña, con un 71.7% en 2022 y 68.3% en 2023, lo que resalta la desconexión de la ley con las realidades del mercado”, expresó.
MODIFICADA. Los cambios establecidos por la Cámara Baja establecen que las gasolinas de menos de 97 octanos deberán mezclarse en el máximo porcentaje con etanol anhidro, dando preferencia al alcohol derivado de la caña de azúcar en un mínimo del 50%, no así de otras materias primas, como se determinaba en la versión de la Cámara de Senadores.