18 oct. 2024

Libertad a los oprimidos

Usar o no usar. Esa es la cuestión cuando una mujer se plantea si es mejor recurrir al sostén o, por el contrario, si es preferible dejar a los senos en libertad. Desde la comodidad hasta la reacción de la gente se ponen en la balanza a la hora de tomar una decisión, aunque también hay argumentos que tienen que ver con la salud. Conozcamos los pros y los contras de una costumbre que genera controversias.

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Por: Carlos Darío Torres

Fotos: Javier Valdez

Producción: An Morínigo

El mejor momento del día de una mujer es cuando llega a su casa y se saca el corpiño. Lo hemos escuchado muchas veces, y cada vez más, a medida que ellas van ganando espacios para alzar sus voces contra lo que la sociedad les ha impuesto como obligatorio. Desprenderse de la prenda —para muchas, un símbolo de la opresión que sufren— implica no solo estar más cómodas, sino que hay quienes afirman que, incluso, es más saludable.

Nada que sostenga

Circulan en las redes sociales —pero es posible también encontrar en internet artículos al respecto— videos en los que se destacan las bondades de no usar corpiño. Los alegatos comienzan casi siempre con una apelación a lo cultural que dice: “Desde siempre se nos ha dicho que si no llevamos sujetador se nos caerá el pecho”. Y a continuación pasan a derribar el mito, exponiendo con mayor o menor rigor científico las razones para descartar el uso del sujetador.

Quienes están a favor de desechar los corpiños afirman que, al contrario de la creencia popular, los tejidos de las mamas suelen debilitarse debido al uso de sostenes y que a medida que la mujer envejece, los senos comenzarán a tornarse más flácidos.

También argumentan que no usar brasier ayuda a mejorar la circulación, algo que se nota apenas una se despoja del sostén, y que este hace que los músculos se atrofien más rápido. Por eso, las mujeres que no lo usan acaban teniendo pechos más firmes y con pezones más altos.

Dicen que el uso de sujetador, además, evita el movimiento natural de los pechos, que favorece la eliminación de toxinas a través de los nódulos linfáticos, lo que provoca que se acumulen líquidos, blandura en el tejido mamario y la formación de quistes.

Existe, asimismo, la posibilidad de que el uso por un tiempo prolongado o la utilización de algún tipo de tela en particular generen reacciones indeseadas en los pezones. Y un lugar cálido y húmedo es el sitio perfecto para la proliferación de hongos, por lo que llevar un sostén mal ajustado o utilizarlo por largos periodos de tiempo facilita la aparición del hongo de mamas, problema que se agudiza para quienes viven en zonas cálidas y tienen un busto grande.

Dejamos para el final el argumento de mayor peso: el uso de sostén podría estar relacionado con el cáncer de mamas y dejar de utilizarlo ayudaría a prevenirlo. En primer lugar, le daría a la mujer la oportunidad de conocer mejor sus senos y llevar adelante el autoexamen; en segundo término, se menciona que las mujeres que sufrieron de cáncer de mama usaban sostén durante más de 12 horas al día y que incluso dormían con él.

Lo único que va a determinar si los senos se caen o no es la genética, el tipo de piel, las glándulas mamarias y el tamaño de los senos. En muchas culturas, el sujetador directamente no se usa y no pasa absolutamente nada.

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Libre pero en peligro:

“Una vez estaba cerca de Ñu Guasu con mi hija de cinco años, las dos en shorcitos y camisillas (yo sin sostén) porque hacía un calorazo. Se nos hizo de noche, y entre limpiavidrios e indígenas nos rodearon y nos dijeron de todo, incluso a mi hija. En otra ocasión, en un centro cultural, se me acercó un tipo y me dijo que toda la noche me estuvo mirando el escote y si no quería cumplirle una fantasía sexual. Y eso que lo conocía más o menos, encima. Otra vez estaba bailando en un pub muy concurrido. Me senté en la barra a pedir una cerveza y un conocido locutor me preguntó cuánto cobro. Pensó, por como me vestía, que facturaba”, todo por no llevar corpiño.

Graciela D.

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Palabra de especialista

“Es la primera vez que escucho que hay que dejar de usarlo. Por el contrario, nosotros (los médicos) recomendamos su uso, porque el movimiento exagerado de los senos puede producir mastalgia, es decir, dolor. Por eso hay que fijar las mamas, para que no se produzca ese movimiento”, afirma el mastólogo Nery Rodríguez.

El profesional asegura que desconoce la existencia de estudios científicos que aconsejen dejar de usar corpiños, pero coincide con quienes dicen que la caída de los senos es una cuestión natural y agrega que este hecho está relacionado con la edad y con la transformación que sufre la mama, con los cambios cíclicos que la afectan cada mes.

La ptosis, o caída de las mamas, se produce por el reemplazo de tejido graso, pero además depende del cuerpo de cada mujer, lo que tiene que ver con la genética. “Hay mujeres que tienen más reemplazo graso o pueden reemplazar en menos tiempo el tejido glandular por grasa”, añade el especialista.

“Lo que le da estructura a la mama es el tejido glandular, la glándula que va a cumplir la función de amamantamiento. Cuando la mujer se embaraza o cuando progresa en años, esa estructura glandular se va reemplazando por grasa. Entonces, los senos ya no conservan la forma y empiezan a volverse pendulares. Si las mamas están caídas, es que ya no tienen estructura glandular”, agrega Rodríguez.

Con respecto a que los senos se atrofian por el uso de brasier, Rodríguez aclara que la glándula mamaria no tiene músculo. “Entonces cómo se va a atrofiar algo que no tiene. Lo que sí tienen los senos son músculos mamilares, que se ubican alrededor de la areola y poseen una reacción ante cambios de temperatura, ante ciertas hormonas (justamente cuando se da de mamar) y ante estímulos sexuales”, recalca.

De paso, Rodríguez también se refiere a los ejercicios para fortalecer los pectorales y evitar que los senos se caigan. “Si hacemos tratamiento para endurecer la estructura muscular, favorecemos a los pectorales, que es lo que se ve marcado en los hombres. Pero en las mujeres no se ve, porque la mama está encima de ese músculo y la glándula no tiene un músculo que se pueda fortalecer”, explica.

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Cultural

“Desde chiquitas nos exigen usar sostén e incluso es mal visto estar al natural. Para mí sería un alivio, de hecho trato de no usar cuando estoy en casa. Y veo otras opciones como el bralette, aunque igual es caliente e incómodo en el calor”.

Cynthia S.

“Yo empecé a usar por vergüenza. Pero no me gusta, es incómodo, da calor, saca estrías”.

Pamela A.

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La comodidad cuesta

“Al llegar a casa, lo primero que hago es quitarme los zapatos y el corpiño. Si no lo hago no siento que estoy en casa, sino en el infierno”, asevera Belén Cantero, militante feminista dispuesta a usar corpiño la menor cantidad de tiempo posible.

No es la única que prefiere deshacerse de la prenda a la hora de dormir o limitar su uso a algunos momentos del día. Aunque también hay quienes no se sacarían el corpiño ni para dormir, pues se acostumbraron a usarlo y afirman que se sienten desprotegidas cuando no lo llevan puesto.

Las mujeres consultadas coinciden en que usar brasier es una imposición, antes que nada, cultural y admiten que difícilmente se animarían a descartarlo totalmente, si bien las razones pasan por la reprimenda social y porque sienten, con justa razón, que se expondrían a momentos incómodos, debido a las miradas y comentarios groseros de los hombres, sin olvidar que también podrían sufrir acoso y, eventualmente, agresiones sexuales por “atreverse” a salir sin sujetador.

“Hace dos años decidí usar la menor cantidad de veces posible el corpiño. No siempre lo logro, porque obviamente hay limitaciones para no usar sostén, ropas con las que no podés hacerlo porque se notan mucho los pezones y eso es muy incómodo si tenés gente alrededor que te está mirando. Pero hay ciertas blusas, que tienen un escote distinto, o una determinada tela que te permiten no usar sostén sin que se note tanto. Últimamente estoy usando ese tipo de ropa”, dice Belén.

También tiene que ver cómo la mujer y su cuerpo afrontan el tiempo, lo que implica el dejarse envejecer de manera sana sin que eso sea una desgracia tan grande. El hombre no tiene la obligación de esconder el paso de los años; en cambio, para la mujer es como una condena. “Vos llegás a los 40 y la edad ya no se pregunta. A la mujer no se le permite crecer primero y, después, envejecer de manera natural”, reflexiona Belén.

Si la caída de los pechos es algo natural, "¿por qué estar todo el tiempo creando instrumentos artificiales para evitar que tus senos se caigan o dejen de estar tensos?”, se pregunta.

Para la feminista, la opresión a la que las mujeres someten a sus senos no es solo física, sino que tiene además una dimensión política. “Yo creo que es un mecanismo más del control del cuerpo de la mujer. En el feminismo hay todo un eje teórico en torno a eso, que se refiere a la imposición de cómo se debe ver tu cuerpo, usando tacos, ropa ajustada, maquillaje. Y entre todas ellas está la utilización del sostén, porque te exige que tus pechos estén parados todo el tiempo”, afirma la activista.

No es que una mujer que usa corpiño esté sometida, añade Belén, pero considera que esa imposición es opresiva, literalmente. “Yo creo que las mujeres que prefieren pensar en su comodidad y no en lo que la sociedad piense de su atractivo, viven más libres que otras. Liberarnos de eso es sumamente importante, es fundamental; ninguna mujer puede ser libre si no piensa en ese tipo de cuestiones”, añade.

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Salir o no salir

“Si ahora mismo la mujer es vista como objeto sexual, va a ser un tema salir sin corpiño, con cada desubicado que hay”.

Silvia B.

“Si salgo sin sostén para hacer alguna gestión rápida, como ir al súper o buscar algo fuera de casa, siento miedo o incomodidad”.

Andrea P.

“Lamentablemente en nuestra sociedad no se puede andar sin sostén, sobre todo si tenés los senos grandes, ya que la gente, sobre todo los hombres, te hacen sentir muy incómoda con su mirada o triplican su acoso en palabras o gestos obscenos”.

Leticia N.

“Cada vez que uso una camisilla, que perfectamente podría usarla sin sostén, pienso en que iré a un lugar público y que sí o sí me van a gritar alguna grosería”.

Mariana G.

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Consejos médicos

“Realmente el uso de sostén no retarda ni desacelera la caída de las mamas. Yo recomiendo usar soportes adecuados, acondicionados para la actividad cuando se hace gimnasio o deportes extremos”, aconseja el mastólogo Nery Rodríguez.

En una entrevista de la BBC, el médico francés Jean Masson afirma que para las mujeres de menos de 30 años y que no tengan senos muy grandes, puede que no sea indispensable el uso de un sostén, pero aclara que las cosas pueden ser diferentes entre aquellas que ya han superado esa edad y ya han tenido hijos.

Según Masson, durante el embarazo los pechos ganan volumen, lo que tiene consecuencias en la elasticidad de la piel de los senos. Y menos elasticidad significa que las glándulas mamarias pueden desplazarse hacia abajo.

Entonces, ¿es recomendable dejar de usar corpiño? Los expertos sostienen que para tener una respuesta clara y científica, es necesario realizar más investigaciones. Por ahora, renunciar al sostén es una decisión que depende de la preferencia y comodidad de cada mujer, sin olvidar que cada persona posee características físicas y condiciones de vida particulares que deben ser tenidas en cuenta antes de tomar alguna determinación. Algo parecido a un estado de libertad condicional.

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