Roa Bastos, ganador del Premio Cervantes en 1989, es considerado el escritor paraguayo más importante del siglo XX y uno de los más relevantes novelistas de la literatura en español.
Exiliado en Buenos Aires en 1947 por la guerra civil en Paraguay y, luego, en 1976, obligado a exiliarse en Francia a causa del golpe de Estado en Argentina, Roa Bastos es autor de títulos que han trascendido las fronteras de América Latina como Yo el supremo, Hijo de hombre o El fiscal.
“Mi padre solía decir que sus exilios se podían contar a través de las bibliotecas perdidas. Parte de este exilio está ahora aquí”, dijo su hija y directora de la Fundación Roa Bastos, Mirta Roa.
En la caja 903 de la cámara acorazada de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes se introdujeron este martes ejemplares de libros que inspiraron al paraguayo para escribir Yo el supremo: un ejemplar de Los exiliados, de Gabriel Casaccia, uno de Los jefes, de Mario Vargas Llosa, y uno de Las buenas conciencias, de Carlos Fuentes.
Estos libros, que los autores dedicaron especialmente a Roa Bastos, se perdieron durante una mudanza en Buenos Aires y, después de que dos personas los encontraran en un contenedor y decidieran devolverlos, llegaron nuevamente a manos de la familia del escritor.
Entre los objetos legados también se encuentra una carta que Roa Bastos le escribió a su padre desde Francia que, para su hija, “refleja su esencia no solo como escritor, sino también como hijo, amigo y confidente”; una carta que le escribió a Marta “como padre afectuoso y amigo cercano preocupado por mis circunstancias”, una chaqueta suya y sus gafas.
“Estos objetos emotivos y significativos son un recordatorio del poder de las ideas, los libros y la memoria. La Caja de las Letras es, sin duda, un lugar donde el tiempo se detiene y donde el legado cultural sigue viviendo, más allá de las fronteras y los años”, expresó Roa.
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, manifestó que no solo se reconoce a Roa Bastos como novelista, poeta, dramaturgo, periodista, guionista de cine y profesor, sino que, ”sobre todo, homenajeamos y recordamos a una persona que fue un ejemplo en favor de la libertad y de los derechos humanos, tanto en su país como en el exilio”.
A su vez, García Montero expresó que el idioma español se ha hecho y se enriquece en diálogo con otras lenguas y, en América, en diálogo con lenguas originales como el guaraní, por lo que sostuvo: “Este es un acto también de reconocimiento de la importancia que tiene el guaraní y de la importancia que tiene un país bilingüe donde las lenguas se relacionan literariamente, como es Paraguay”.
EFE,