En el primer departamento del país, la precipitación alcanzó los 100 mm durante la jornada del miércoles, provocando el anegamiento de barrios como Villa Armando, Santo Domingo, San Carlos, Santa María, Inmaculada y la transitada avenida Boquerón. Vecinos debieron improvisar barreras para evitar el ingreso de agua a sus viviendas.
“Pedimos conciencia a la ciudadanía, porque gran parte del problema se origina por el mal manejo de residuos que terminan taponando los drenajes”, expresó Hugo Barrios, director de Obras de la Comuna. Indicó además que las cuadrillas municipales realizaron trabajos de limpieza en cauces obstruidos por grandes cantidades de basura.
La Gobernación de Concepción desplegó maquinaria pesada para abrir cunetas en los sectores más afectados, en una tarea conjunta de emergencia. Sin embargo, los vecinos exigen soluciones estructurales a mediano y largo plazo. “No podemos seguir improvisando cada vez que llueve. Necesitamos una red de desagüe eficiente”, reclamaron.
La situación es aún más crítica en el Alto Chaco. En Fuerte Olimpo, las lluvias alcanzaron los 80 mm en menos de 24 horas, acumulando ya más de 700 mm en dos semanas. Los caminos están completamente inundados, y distritos como Toro Pampa, San Carlos, María Auxiliadora y Bahía Negra se encuentran aislados.
Puerto Casado no escapa a esta realidad. Allí, la precipitación llegó a 135 mm, dejando barrios enteros bajo agua, sobre todo en zonas bajas. La falta de canales de drenaje adecuados transforma cada lluvia intensa en una catástrofe anunciada. La Gobernación y el Municipio intervienen con trabajos de canalización, aunque de forma descoordinada debido a divisiones políticas.
En Fuerte Olimpo, la Municipalidad apuesta al funcionamiento de bombas de drenaje, pero el acceso por vía fluvial o aérea sigue condicionado al clima. La comunidad, sin opciones, enfrenta cortes de caminos, riesgo sanitario y pérdida de bienes.
La ciudadanía clama por obras definitivas que mitiguen el impacto de las lluvias y reduzcan el riesgo de aislamiento. La situación expone una deuda histórica en infraestructura básica y planificación urbana. “Las lluvias seguirán ocurriendo. Lo que no puede seguir es la improvisación y el abandono”, expresó una vecina de Casado, que vio su casa inundada por tercera vez en menos de un mes. AM/ JR