Entre los barrios San Rafael y San Agustín de 140 viviendas, siguen bajo agua alrededor de 80. Las familias afectadas son asistidas en los albergues provisorios habilitados en diferentes puntos de la ciudad en un trabajo coordinado entre la Itaipú Binacional, Secretaría de Emergencia Nacional, Gobernación, Cruz Roja, Bomberos Voluntarios, los municipios afectados y otras organizaciones.
“Itaipú sigue con las compuertas abiertas, así como también la represa Acaray y eso hace que no baje del todo el agua, pero las familias afectadas están un poco más tranquilas y aceptando la situación que les toca vivir”, señaló Pedro Giménez, presidente de la filial de la Cruz Roja en Alto Paraná.
Refirió que hace una semana, la situación se presentaba de manera bastante caótica. “Lo que hacemos es acercar la información a los líderes comunitarios de cada comunidad y les decimos que no vuelvan aún a sus casas por más de que el agua esté bajando porque hay una tendencia a que vuelva a subir. Hay previsión de tormentas con vientos fuertes”.
Mencionó que la situación no es fácil, debido a la acumulación de una gran cantidad de basura en los sectores afectados por la crecida. “Para decir mal y pronto, toda la suciedad de arriba vino abajo. Hay una gran cantidad de basura que quedó estancada, como botellas, bolsas, también hay algunas casas que se destruyeron por completo. Todo lo que quedó abajo es totalmente insalubre”.
En este contexto, dijo que se continúan los controles de forma periódica de la salud de la población. Indicó que con esta crecida, también aumentó la presencia de todo tipo de alimañas. “Hay serpientes, lagartos y alacranes. Las familias cuentan que ya mataron varios alacranes, así como también serpientes”. WF