01 ene. 2025

Lo que deja el 2024 en política internacional

Por Jorge Daniel Codas Thompson - Analista de política internacional

Se termina un año con gran actividad en política internacional. Numerosos eventos globales continuarán en 2025 y, probablemente, más allá.

Desde la continuación de sangrientas guerras en tres continentes, la caída de la dictadura en Siria, la prolongación de la guerra entre Rusia y Ucrania, hasta la intensificación de la rivalidad entre Estados Unidos y China, el 2024 ha sido intenso y dramático en materia internacional.

La sensación que estos eventos disruptivos causan en numerosos líderes políticos y analistas internacionales es el del fin de la era liberal global, que surgió de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, y que es liderado por los Estados Unidos. Sin embargo, existen varios indicios que señalan una tendencia a la estabilidad a nivel global. El principal de ellos es precisamente el desempeño económico de los Estados Unidos, que a pesar de los estragos causados por la inflación a partir de la pandemia del Covid 19, se ha mantenido con una tasa de crecimiento dentro del rango considerado ideal por los economistas (2% a 3% anual) y un nivel de desempleo cerca de los mínimos históricos. Estos datos confirman el rol de Estados Unidos como principal superpotencia mundial, aunque en la última década su dominio haya sido desafiado de forma creciente por Rusia y China.

Pero estas últimas potencias han exhibido crecientes muestras de debilidad: en el caso ruso una inflación persistentemente alta, la asignación de cada vez mayores recursos del presupuesto al sector militar y los problemas de personal de sus Fuerzas Armadas en Ucrania, que han requerido de refuerzos norcoreanos para sostener su ofensiva y contribuyeron a la caída de la dictadura de Bashar al-Assad en Siria, al tener que mover tropas y equipamiento desde Medio Oriente al teatro de operaciones ucraniano. En el caso chino, el creciente estancamiento económico producto de la crisis inmobiliaria y en los gobiernos locales, así como por una población cada vez más envejecida y una tasa de desempleo entre los jóvenes en torno al 20%, han provocado dudas respecto a la sustentabilidad del modelo chino, que esencialmente combina elementos de economía de mercado con un gobierno de partido único, y que se había erigido en uno de los dos grandes motores de la economía mundial en las últimas décadas.

Precisamente en relación con China y su rivalidad con Estados Unidos, la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca presenta grandes desafíos al liderazgo chino. A más de amenazar con imponerle aranceles aduaneros de hasta 60% a China durante la campaña presidencial, el reelecto presidente amenazó con unos aranceles de 25% a sus tres mayores socios comerciales (China, Canadá y México) si no colaboraban con el combate a la inmigración ilegal y un 10% adicional a Beijing si China no cooperaba con el combate al tráfico de fentanilo, un poderoso opioide que está causando estragos en Estados Unidos. China ha respondido limitando la exportación de minerales críticos (esenciales para la elaboración de armas avanzadas, y cuyo principal productor es China) a Estados Unidos, lo cual podría complicar el desarrollo militar estadounidense.

Siguiendo con Trump, el mismo ha manifestado su interés en recuperar el control del Canal de Panamá, en violación de lo estipulado en los tratados entre ambos países. Asimismo, ha expresado interés en anexar a Canadá como estado número 51, así como a Groenlandia, que es territorio de Dinamarca. Dada la tendencia de Trump a mencionar varios temas y muchas veces no materializar sus amenazas, es difícil predecir su conducta y la eventual reacción de la comunidad internacional. Respecto de otras posibles iniciativas de política exterior de Trump, se encontrará ahora con el hecho consumado de la caída de la dictadura de Bashar al-Assad en Siria. Él ha manifestado que no intervendrá, pero le resultará muy difícil no hacerlo si el nuevo gobierno sirio se radicaliza y amenaza la seguridad nacional de Israel. También en relación a Medio Oriente, Trump tiene el desafío de lidiar con Irán y su programa nuclear. Esto implica al mismo tiempo una gran oportunidad de mejorar las relaciones con Teherán a cambio de garantías y procesos que eviten el desarrollo de armas nucleares iraníes.

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A continuación, una columna de opinión del hoy director de Última Hora, Arnaldo Alegre, publicada el lunes 2 de agosto de 2004, el día siguiente al incendio del Ycuá Bolaños en el que fallecieron 400 personas en el barrio Trinidad de Asunción.