Considerando la mala relación que históricamente ha tenido Asunción con su río, se debe reconocer la importancia de tener dos costaneras. Aunque ciertamente estos dos proyectos fueron concebidos como una alternativa de vía rápida para aligerar el caótico tránsito que padece la capital, la realidad nos ha mostrado que la población, ante la carencia de espacios verdes para la recreación, es capaz de ocupar los espacios existentes y convertirlos en espacios ciudadanos. Esperamos que la Costanera Sur también brinde calidad de vida a todos.
Tras un periodo de trabajo de tres años quedó inaugurada la Costanera Sur. Según reportan las autoridades, este tramo de ocho kilómetros traerá un alivio importante para los ciudadanos que vienen en automóvil desde Lambaré, pues promete un ahorro del tiempo de viaje hasta el centro de Asunción. Desde el Ministerio de Obras Públicas informaban que el nuevo tramo demandó tres años de obras y una inversión de USD 130 millones y afirmaron que también será un espacio para el deporte, la cultura y la relajación.
Tanto la nueva Costanera como la primera que fue construida junto a la Bahía de Asunción son dos proyectos concebidos como solución de vía rápida para aliviar el caótico tráfico vehicular y de esta manera dar un respiro a los conductores que con esta obra ganarán tiempo en su desplazamiento hacia el centro de la ciudad.
Lamentablemente las obras no se piensan ni se conciben ni se ejecutan pensando en el conjunto de la población sino solamente en un segmento. La ciudadanía toda, la que vive en la capital y en su área metropolitana y en el Departamento Central, adolece actualmente de espacios verdes gratuitos de esparcimiento.
La realidad nos demuestra con abundantes obstáculos y dificultades que estos problemas precisamente surgen porque no se encaran las obras planificadamente o dentro de un plan maestro urbano y de movilidad. Ahora, por ejemplo, ha surgido el tema del vertedero Cateura.
La misma Junta Municipal de Asunción que aprueba el endeudamiento del Municipio está considerando ahora, que ya fue inaugurada la nueva Costanera, el problema de la basura. Por eso aprobaron convocar a los técnicos de la Dirección de Gestión Ambiental para obtener informes sobre el proyecto de clausura de módulos del vertedero Cateura, que ya cuenta con una ordenanza que establece el plan maestro de cierre, remediación, construcción y operación de planta de tratamiento de lixiviados. Para el más antiguo concejal de Asunción, la instalación del vertedero compromete cualquier inversión en la zona.
Lo que es evidente es que esta visión excluye de manera brutal la mirada hacia las necesidades de la gente. Todas las zonas de costanera contemplan un agudo problema social, pero al mismo tiempo económico y ambiental. Aunque el vertedero Cateura ya no opera como lugar de disposición final, en el sitio se encuentran desechos depositados durante casi medio siglo y actualmente ahí se reciben los residuos urbanos para su reciclaje y el excedente es destinado al relleno sanitario de El Farol en Villa Hayes.
La Costanera Sur presenta enormes potencialidades. A pesar de ser una vía rápida, podría convertirse en un espacio de recreación para la población, tan carente de este tipo de lugares en nuestra capital. Las ciudades precisan, de acuerdo con los parámetros internacionales de mínimos metros cuadrados de verde público por habitante. Esto es muy importante, pues el verde público está directamente relacionado con la mejora de la calidad del aire y de la temperatura de la ciudad, y además con lugares de esparcimiento para las familias. A Asunción apenas le queda un remanente del maravilloso espacio que fue alguna vez el Jardín Botánico, esta reserva natural importante que conserva un bosque bajo paranaense en estado nativo; de lo cual quedan apenas 100 hectáreas precariamente conservadas.
La ciudadanía necesita espacios verdes públicos, seguros y gratuitos puesto que estos son una garantía de calidad de vida; por eso urgen los espacios de recreo donde los niños puedan disfrutar al aire libre y la gente pueda reencontrarse para humanizar la ciudad.