El doctor brasileño Alexandre Kalache, de 77 años, ex director del Departamento de Envejecimiento y Ciclo de Vida de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostiene que estamos en la era de la revolución de la longevidad, por lo que los gobiernos de los países de la región deben fomentar políticas públicas para garantizar un envejecimiento saludable de la población. “Envejecer es la gran conquista social de los últimos 100 años”, destaca el experto.
Ante esta nueva era, el experto en longevidad señala que es necesario que los gobiernos promuevan políticas para proteger a las personas adultas. Por ello, destaca el documento que hizo: Envejecimiento activo: un marco político, de la OMS del 2002.
El documento contiene cuatro ejes que son salud, conocimiento, participación y protección. “Envejecer sin salud no mejorará la calidad de vida. Y eso depende de un esfuerzo personal de estilo de vida y depende también de políticas adecuadas para que se pueda acceder a una alimentación más saludable y más accesible”.
Con relación al eje de conocimiento, destaca que es importante que el adulto siga siendo productivo. “Necesitamos de políticas de aprendizaje a lo largo de toda la vida, desde los niños hasta las personas mayores”.
“El eje de la protección se basa en la seguridad de que el adulto mayor “no será abandonado, que seguirá incluido en la sociedad. lo ideal es envejecer con independencia y autonomía”.
Al doctor Kalache no le gusta presentarse como ex autoridad de alguna institución o ex académico sino, más bien, presentarse con orgullo de cómo es: una persona mayor. “Con muchísimo orgullo y muchísima satisfacción, porque envejecer es bueno, lo que no nos sirve es la muerte precoz”, asegura.
DESIGUALDAD. “Hay millones de latinoamericanos que están envejeciendo mal y precozmente. Es necesario que las políticas puedan garantizar estilos de vida más saludables, más accesibles, más simples y más baratos”, explica en español. El envejecimiento precoz está relacionado con afecciones que están relacionadas a los malos estilos de vida, marcada por una desigualdad en el acceso a alimentos.
La expectativa de vida se duplicó en solo un siglo, destaca. “Me refiero a una revolución porque a lo largo de la civilización siempre estuvimos buscando la fuente de la eterna juventud. No es eterna. Pero el hecho de que en 1900 la expectativa de vida más alta de todo el mundo era de Alemania, con 46 años. Terminamos ahora con 43 países con expectativas de vida de más de 80 años. En el 2000, ningún país, incluso los más empobrecidos de África, tenían una expectativa tan baja como la más alta de Alemania de 1900. Eso se produjo solo en un siglo”, explica.
El doctor Kalache dice que representa a la revolución de la longevidad porque cuando nació en 1945, en Río de Janeiro, tenía solo una expectativa de vida de 43 años, pero ahora esa cifra aumentó a 80 años. Entre los países de la región solo cinco mantienen este elevado rango y son Argentina, Uruguay, Colombia, Chile y Costa Rica.
“Eso es revolución. La sociedad no es la misma cuando nuestros antepasados nacieron. La gran conquista que fue envejecer en los últimos 100 años es el gran reto y el gran desafío del siglo XXI”.
La muerte precoz se acentúo en pandemia –dice– vinculada a la llegada tardía de vacunas, políticas adecuadas y a la actitud de la discriminación por edad. La pandemia redujo significativamente la expectativa de vida. Casi 700.000 personas tuvieron muertes precoces.
El doctor Kalache concedió esta entrevista a periodistas de la región en el marco del 7° Foro Latinoamericano de Calidad y Seguridad en Salud, que se realizó del 12 al 15 de setiembre en San Pablo, Brasil. Fue organizado por el Hospital Israelita Albert Einstein y el Institute for Healthcare Improvement (IHI).
- La sociedad no es la misma cuando nuestros antepasados nacieron. La gran conquista que fue envejecer en los últimos 100 años es el gran reto y el gran desafío del siglo XXI.
- Envejecer sin salud no mejorará la calidad de vida. Y eso depende también de políticas adecuadas para que se pueda acceder a una alimentación más saludable.
Por una cultura del cuidado
Las tareas del cuidado recaen sobre la mujer en una sociedad machista. Por ello, el doctor Alexandre Kalache insiste en fomentar una cultura del cuidado en la sociedad que involucre a todos. “Con el machismo característico, los hombres quieren ser cuidados, pero no quieren participar del cuidado”. Ante la caída de la tasa de fecundidad y la crisis que podría ocasionar en el cuidado de adultos mayores, el doctor Kalache propone que esta responsabilidad pase de la familia a cargo del Estado. En Brasil, 1% viven en residencias, en países desarrollados; la cifra es más del 10%, pero es un servicio de calidad en comparación a países de América Latina, que arrastran denuncias de mala atención o accidentes prevenibles, como incendios. A esto se suma que en Latinoamérica internar a un familiar en una residencia significa abandono. Este hecho es considerado aún tabú y muy criticado. “Para muchas personas mayores, lo mejor que le puede suceder es terminar la vida con dignidad en una residencia, pero tenemos el estigma y el tabú, porque hay un presión social”. El doctor Kalache insiste en que es importante envejecer con dignidad.