“Los datos de prueba recabados apuntan a que muy probablemente los estudiantes habrían sido dispersados en varios grupos y llevados a lugares aledaños a Iguala. Se está investigando”, manifestó Rosales, abogado de los padres de los 43, tras una marcha de los familiares.
Durante la peregrinación a la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México que realizaron los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el abogado de los familiares señaló que esta conclusión se derivó de un análisis de más de 10.000 llamadas realizadas después de la noche del 26 de septiembre de 2014, día en que desaparecieron los estudiantes.
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Indicó que no existen datos que apunten a que los jóvenes terminaran en el basurero de Colula, tal como lo indicó la llamada “verdad histórica” del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la cual concluyó que en ese lugar los estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos fueron incinerados.
“El basurero de Cocula no fue el destino final de los estudiantes”, aseguró Rosales, quien puntualizó que también se está buscando a los jóvenes “en vida”.
Oraron en la Basílica de Guadalupe
Este jueves, familiares y allegados de los jóvenes, así como organizaciones civiles y simpatizantes de la causa, llegaron a la Basílica de Guadalupe.
En este recinto religioso, alrededor de 500 manifestantes rezaron y pidieron por los estudiantes desaparecidos hace 63 meses en la ciudad de Iguala, en el sureño estado de Guerrero.
Al grito de "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, los familiares de los jóvenes que desaparecieron la noche del 26 de septiembre de 2014 ingresaron a la basílica para pedir por sus hijos y por la verdad sobre el suceso que, a decir de ellos, se les negó en el sexenio pasado.
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Con fotografías de los rostros de sus hijos, padres y madres de los estudiantes aseguraron que no han perdido la fe y esperan que llegue la justicia en el caso de los jóvenes, de quienes no se tiene rastro desde aquel día.
Una de las madres de los normalistas subió al altar para pedir por los jóvenes.
“Estamos aquí, a seis navidades sin nuestros hijos”, lamentó y pidió a la virgen ayudar a sus hijos “a encontrar el camino de regreso con bien”.
Obispo dice que es un pecado contra la vida
El obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, fue quien los recibió y ofició la misa, durante la cual expresó su solidaridad con padres, familiares y amigos de los estudiantes.
Indicó que si no se encuentra la verdad y no hay justicia, no se podrán sanar las heridas que ha dejado el suceso.
“Es un atentado contra la dignidad de la vida y un pecado contra la vida de los desaparecidos y otros muchos más”, dijo.
Aseguró que las familias no están solas en esta búsqueda, al tiempo que advirtió que con los asesinatos, secuestros y extorsiones que se dan en el país se atropella la vida.
Los padres de los normalistas desaparecidos tienen planeado regresar a la Ciudad de México el próximo 8 de enero donde tendrán una reunión con la Fiscalía General de la República y el 10 de enero se encontrarán con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El caso
La noche del 26 de setiembre de 2014, 43 jóvenes fueron detenidos por policías municipales y entregados a integrantes del cártel Guerreros Unidos, que los asesinaron e incineraron sus restos en un vertedero de basura, según la versión oficial.
Pero un grupo de expertos nombrado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) investigó el caso y sostuvo la imposibilidad de que los 43 cuerpos fueran quemados en el basurero y desveló que parte de la versión oficial se basaba en testimonios de detenidos torturados.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador reabrió en diciembre de 2018 el caso y estableció la llamada Comisión Presidencial para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa.
Además, la Fiscalía General de la República (FGR) creó una unidad especial sobre el tema, lo que ha reavivado la esperanza de los familiares de hallar a los estudiantes.