“De repente, cambian. O sea, tuvo una agresión, le perdonó, volvieron y terminó ahí, por suerte. No necesariamente después habrá una gran reincidencia. Eso es categórico. Esto no es matemática, puede haber estadística, pero hablamos de ciencia humana”, declara.
Algunos toman una determinación y no lo vuelven a hacer, afirma. “Lo que sí nos dice la historia, lo que sí nos dice la psicología, lo que sí nos dicen los datos, lo que sí nos dice la experiencia jurídica es que el agresor, en algún momento, va a volver a reincidir, mayoritariamente –apunta el defensor–. Existe un altísimo grado de probabilidad. No es certeza, pero es un altísimo grado de probabilidad”.
Explica que varias mujeres se retractan de sus denuncias, pero “muchas de ellas vuelven otra vez para reabrir su proceso”, aclara. No son como la Fiscalía, que está obligada a investigar; necesitan que la víctima siga el proceso. “Vuelven en algún momento, la mayor parte; otras no. Y ahí tenés que ver si ya no quieren nomás pasar por el proceso o si realmente nunca más se repitieron los hechos”, refiere.
SOLUCIÓN. Sobre las posibles soluciones al flagelo, la única forma de combatir es desarrollar las políticas públicas de manera transversal, acota; lo que quiere la ciudadanía es ver al agresor preso, pero el derecho penal debe ser la última razón.
Una cuestión es clara, dice: si llegó a la agresión es que fallaron cientos de barreras previas del Estado y la sociedad civil, y remarca que empieza en la familia, la educación y todas las otras formas de violencia.
Asegura que se da también en lo laboral, donde no contratan embarazadas, y las instituciones públicas no velan por el cumplimiento de derechos de mujeres.
Indicó que “las Naciones Unidas creó un programa que se llama He for She, que traducido dice ‘Él por ella’. Agrega que ellos identificaron que, antes, todas las capacitaciones eran para las mujeres, sobre sus derechos, etcétera. “Y siempre se le vio al hombre como el hombre agresor, pero esa no es una realidad. Existe hombre agresor, sí, pero existen muchos hombres que son transformadores también, que no son agresivos. Entonces, que quieren ayudar, que están dispuestos a ayudar a mujeres”. Entonces, la campaña era eso que pueden ser agentes transformadores.