Amazon estrena este viernes Los Anillos de Poder, la primera serie basada en el universo de J.R.R. Tolkien después de cuatro años de producción en extremo sigilo y con un presupuesto de más de 450 millones de dólares, que podría alcanzar unos 800 millones si se suma el pago por derechos de autor, para sus primeros ocho episodios.
“En mi caso, vivo en EEUU y me incorporé al rodaje en mitad de la pandemia, así que por supuesto no podía decir en lo que estaba trabajando. Dije ‘me voy a un sitio y ya les contaré', lo cual es una manera muy rara de salir de casa”, cuenta a EFE la actriz Cynthia Addai-Robinson.
Ella forma parte de la veintena de actores, noveles y experimentados, que conforman el inmenso elenco de esta ficción que transcurre “miles de años antes” de los eventos narrados en la trilogía original, etapa en la que se suceden una amalgama de tramas entrelazadas protagonizadas por todo tipo de seres mitológicos.
La actriz, protagonista de títulos como Spartacus y Arrow, fue una de las últimas en fichar por la superproducción de Amazon para encarnar a Míriel, la reina regente de Númenor, el territorio en el que transcurre gran parte del argumento de la serie.
Sin embargo, para otros la confidencialidad del proceso, cuyo nombre clave era “proyecto de Amazon sin título”, alargó la espera más de un año.
“Pasaron 18 meses desde que hice mi primera prueba hasta que se confirmó mi papel. Llegó un punto en el que le dije a mi agente: ‘No me llames para decirme si he conseguido el trabajo, mándame un correo electrónico”, relata Lloyd Owen, Elendil en la ficción.
Owen recuerda que una mañana recibió un correo del agente con el mensaje “me pediste que te contactara sobre trabajo... las cosas buenas suceden a aquellos que esperan”.
“Nadie conocía su personaje hasta aterrizar en Nueva Zelanda”
Lo siguiente para el británico fue viajar a Nueva Zelanda, país que acogió el rodaje de la serie con tanto entusiasmo que su ministro de economía, Stuart Nash, presumió de la inversión durante una entrevista radiofónica en plena pandemia.
Mientras el Gobierno neozelandés adelantaba informes con los planes de Amazon para rodar hasta cinco temporadas, la gran mayoría de los intérpretes aterrizaron allí sin conocer el personaje al que darían vida.
“Creo que nadie lo sabía hasta que aterrizó en Nueva Zelanda”, confiesa Megan Richards, quien interpreta a Poppy Proudfellow, la más carismática de los Harfoots, raza anterior a los populares Hobbits de Tolkien.
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En su caso, Richards, de 22 años, tuvo que abandonar la universidad para reunirse con el resto del equipo tras recibir el visto bueno de los directores de casting, pero sin tener el guion entre las manos.
El británico Charles Edwards, cuyo nombre aparece en créditos de series tan reconocidas como The Crown y Downton Abbey, resume en un “acto de fe” el compromiso especial que supuso asumir muchas de las condiciones del rodaje.
“Fue un acto de fe porque todo era desconocido y lleno de rumores. (...) Para muchos supuso tomar la decisión de mudarse un tiempo a Nueva Zelanda, cancelar otros compromisos y hacerlo todo aún sin estar seguros del papel que interpretaríamos”, argumenta Edwards.
Aunque otros, como el puertorriqueño Ismael Cruz Córdova (Arondir), pudieron ser conscientes entonces de la importancia de sus personajes, en su caso “el primer elfo de color” que se ve en la pantalla.
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“Hubo mucha preparación y diseño de personaje, quería hacer algo especial y había una responsabilidad añadida que no me tomé a la ligera”, subraya este actor afrolatino.
Más temporadas o secuelas obligadas por contrato
Entre las ventajas del contrato, además de figurar en una de las franquicias más celebradas de Hollywood, figura el compromiso de Amazon para rodar hasta 4 temporadas más de The Lord of the Rings: The Rings of Power y, en caso de que no funcione, la obligación de estrenar secuelas o nuevas ficciones basadas en las historias de Tolkien.
Con un nivel técnico impresionante, los productores ejecutivos, Patrick McKay y J.D. Payne, ya han prometido que cada uno de los episodios replica una experiencia similar a las películas de la trilogía original.