EFE
En 1962, fue detenido y condenado a cinco años de cárcel por abandonar ilegalmente el país e incitar a la huelga.
Semanas después, las autoridades desmantelaron el centro de operaciones del CNA y comenzó el Juicio de Rivonia, en el que le condenaron a cadena perpetua por sabotaje en 1964.
En el juicio, el brillante orador que fue Mandela pronunció desde el banquillo de los acusados uno de sus discursos más célebres.
“He luchado contra la dominación blanca y contra la dominación negra. He albergado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas convivan en armonía e igualdad de oportunidades”, dijo con voz firme.
“Es un ideal -concluyó- que espero alcanzar en vida. Pero, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto morir”.
Mandela fue conducido en un vuelo secreto a la cárcel de la isla de Robben Island, donde se convirtió en el famoso “preso 46664" y donde pasó dieciocho años, hasta su traslado a otra prisión en 1982.
La creciente presión de la comunidad internacional, que endureció las sanciones contra el régimen del “apartheid”, ablandó al Gobierno sudafricano, que ofreció la libertad varias veces a Mandela, aunque éste la rechazó repetidamente porque siempre era condicional.
Por fin, el 11 de febrero de 1990, un Mandela trajeado, sonriente y con el puño en alto salió a pie de la cárcel, días después de que el presidente sudafricano, Frederik de Klerk, legalizara el CNA.
En 1993, Mandela y De Klerk fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz por facilitar la liquidación pacífica del “apartheid” y la reconciliación del país.
Ya en 1994, Madiba hizo historia al ser elegido presidente en las primeras elecciones multirraciales de Sudáfrica.
Tras un lustro en el Gobierno, el primer presidente negro de Sudáfrica dejó el cargo en 1999 y se retiró de la vida política.
Un año antes, Mandela se había casado con Graça Machel, viuda del presidente mozambiqueño Samora Machel, tras divorciarse de Winnie.
Aunque el exmandatario dejó la política, siguió en la vida pública como mediador internacional y promotor de causas solidarias de su Fundación y el Fondo de la Lucha contra el Sida, pero su salud se resentía y en 2001 le diagnosticaron un cáncer de próstata.
En 2004, Mandela anunció su retirada definitiva de la vida pública. “No me llamen -advirtió a la prensa-, ya les llamo yo”.
Madiba apareció en público por última vez en la clausura del Mundial de Fútbol de Sudáfrica de 2010.
Su popularidad estuvo siempre acompañada de un acoso mediático que duró hasta sus últimos días de vida, con legiones de periodistas acampados, ante el hospital de Pretoria en el que estuvo internado el expresidente y ante su casa, para dar la noticia de su muerte.
“Cuando salí de la cárcel, me di cuenta de que lo que más deseaba no era la libertad, sino volver a mi vida corriente: ir a trabajar a mi oficina, salir a comprar pasta de dientes a la farmacia, visitar a mis amigos”, llegó a confesar Mandela en su autobiografía.
Fue, sin embargo, un sueño que nunca llegó a cumplir.