Las observaciones se hicieron desde el complejo telescópico de Atacama, en Chile, más conocido como ALMA, el 15 y el 16 de diciembre del año pasado, y estuvieron a cargo de un equipo de científicos internacionales encabezados por Martin Cordiner y Stefanie Milam, del centro espacial de la NASA en Maryland (Estados Unidos).
Los expertos revelaron que el gas que salía del cometa contenía inusuales y altas cantidades de monóxido de carbono (CO), una concentración mayor que la detectada hasta ahora en un cometa que pasa a unos 300 millones de kilómetros del Sol.
El cometa fue denominado 21/Borisov, ya que fue descubierto el 30 de agosto de 2019 por el astrónomo aficionado Gennady Borisov, y al parecer este cuerpo celeste se formó en un ambiente extremadamente frío, añade la publicación científica británica.
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La concentración estimada de CO en 21/Borisov es entre nueve y 26 veces más alta que la de un cometa de nuestro sistema solar.
Los astrónomos tienen interés en conocer más sobre estos cuerpos porque pasó casi todo el tiempo desde su formación a grandes distancias de una estrella en medioambientes muy fríos.
A diferencia de los planetas, la composición interior de los cometas no cambiaron significativamente desde su formación, por lo que aportan mucha información sobre su origen.
“Esta es la primera vez que hemos mirado dentro de un cometa de fuera de nuestro sistema solar, y es muy diferente a la mayoría de otros cometas que hemos visto antes”, señaló el químico experto en cuerpos celestes Martin Cordiner.
En concreto, ALMA detectó dos moléculas del gas expulsado por el cometa: cianuro de hidrógeno (HCN) y monóxido de carbono (CO).
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Si bien el equipo de científicos esperaba localizar HCN, que está presente en 21/Borisov en cantidades similares a las halladas en cometas del sistema solar, no esperaban en cambio la presencia de grandes cantidades de CO, agrega la revista.
“El cometa se debió formar de un material helado muy rico en CO, que está solo presente en las temperaturas más bajas halladas en el espacio, de 250 grados centígrados bajo cero”, señaló la científica planetaria Stefanie Milam.
Gracias a la sensibilidad “sin precedentes de ALMA en longitudes de onda submilimétricas, hemos podido caracterizar el gas que salía de un objeto tan único”, señaló, por su parte, Anthony Remijan, del Observatorio Astronómico de Radio Nacional en Charlottesville, Virginia (EEUU).
21/Borisov es el segundo cuerpo interestelar detectado en nuestro sistema solar, ya que el primero fue 1/'Oumuamua, descubierto en octubre de 2017, pero del que fue difícil conocer detalles porque estaba saliendo de nuestro sistema solar cuando fue localizado.