Otros legisladores que siguen en el Congreso, a pesar de contar con procesos judiciales, son el colorado Tomás Rivas y el presidente del Unace y senador, Jorge Oviedo Matto.
El diputado colorado por Paraguarí, Tomás Éver Rivas, fue imputado por hacer figurar a tres empleados particulares suyos como funcionarios de la Cámara de Diputados, a pesar de que en realidad no prestaban servicio alguno al Estado. Además, el Ministerio Público imputó a los tres caseros del legislador.
La investigación, a cargo del fiscal anticorrupción Luis Piñánez, duró más de un año y se inició tras un trabajo periodístico de ÚH que corroboró con fotografías y videos que Rivas mantuvo como funcionarios a su cargo en el Congreso al casero de su quinta en Paraguarí (Lucio Romero), un empleado de un comercio familiar en Ybycuí (Nery Franco) y al casero de su residencia en Lambaré (Reinaldo Chaparro).
La imputación al legislador y sus empleados es por cobro indebido de honorarios, estafa, expedición de certificados sobre méritos y servicios de contenido falso y uso de certificados sobre méritos y servicios de contenido falso.
Por otro lado, el senador Jorge Oviedo Matto, quien en el periodo pasado renunció a su banca antes de que lo expulsen, está imputado por cohecho pasivo agravado y tráfico de influencias. El parlamentario del Unace dejó el Senado luego de que se divulgara un audio donde supuestamente solicita dinero a una fiscala para ayudarla en un caso.
Sin embargo, el senador fue premiado con la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos, y tiene a su cargo dictaminar sobre toda petición que no corresponda a otra comisión, sobre reforma del reglamento y su interpretación.