En cuanto a las locaciones y a la dificultad de grabar una película de la época, Joaquín Pedretti comentó que rodar una cinta así requiere crear un mundo que, a diferencia de la ciencia ficción, existió, por lo que exige cierta objetividad.
“Fue un trabajo muy difícil, que no se hubiera logrado sin un esfuerzo colectivo, del equipo entero y de las familias de cada persona que participó. Así es que te diría que todo es difícil en una cinta de época, pero a la vez es un trabajo hermoso, una experiencia colectiva que deja muchas enseñanzas. Creo que eso es lo lindo de hacer películas: compartirlas”, aseguró.
El filme llevará a la Revolución del 47, la última guerra civil en Paraguay, que dejó una profunda huella en la historia del país. Comenzó el 7 de marzo de 1947 y culminó en agosto del mismo año, dejando un saldo de aproximadamente 30.000 muertos y un exilio masivo, principalmente hacia Argentina.
Pedretti recordó que, durante la investigación y escritura de la película, ya realizaron un registro de locaciones entre Argentina y Paraguay, siendo el desafío encontrar lugares actuales que se mantengan como en aquella época.
“Fue muy fascinante ese proceso de selección, porque estábamos pendientes de cada detalle de la época que encontrábamos en las calles, en los edificios, en los bares, etcétera. Era como andar viviendo en esa época de algún modo”, acotó al recordar que construyeron un mapa de dónde quedaba cada lugar en la ficción para generar la sensación de reconstrucción de la Asunción de aquella época.