“Es un motivo de celebración”, dijo Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, toda sonrisas en CNN, luego de que el sábado se anunciara la reelección de la senadora Catherine Cortez Masto en el estado de Nevada. “Quién hubiera pensado hace dos meses que esa ola roja se convertiría en una gotita muy pequeña”, bromeó Pelosi en alusión al color del Partido Republicano.
Ante la alta inflación y la impopularidad de Biden, dirigentes de peso republicanos habían pronosticado incluso un “tsunami” rojo durante la votación del 8 de noviembre.
Trump, omnipresente en la campaña, buscaba incluso surfear la ola republicana para anunciar una nueva candidatura a la Casa Blanca. Todavía se espera un “gran anuncio” este martes, pero su estado de ánimo ha cambiado.
“Metió la pata”. Ayer, Trump culpó de la derrota a Mitch McConnell, el líder de los republicanos en el Senado, un fuerte aliado suyo durante su mandato pero de quien se ha distanciado desde el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 por parte de trumpistas.
“Metió la pata en las elecciones y todos lo desprecian”, dijo el mandatario republicano en su red Truth Social, criticando a McConnell por no invertir suficiente dinero en la campaña de Blake Masters, el candidato apoyado por Trump en Arizona.
Contexto
La derrota de Masters, así como otra de las fichas de Trump en Nevada, permite a los demócratas quedarse con 50 escaños de los 100 del Senado, y por tanto les da el dominio de la Cámara Alta ya que la vicepresidenta Kamala Harris tiene el voto de desempate. Este resultado ilumina el horizonte de Biden.
“Me siento bien y con expectativa de cara a los próximos dos años”, dijo el presidente desde Phnom Penh, Camboya, donde se reunió con líderes asiáticos antes de viajar a la cumbre del G20 en Bali. Los demócratas incluso comienzan a soñar con mantener su mayoría en la Cámara de Representantes.
“Todavía pensamos que tenemos posibilidades de ganar”, dijo Pelosi, mientras aún se esperan los resultados en una veintena de circunscripciones. Según CNN y ABC, los republicanos tienen actualmente 211 de los 218 escaños necesarios para la mayoría y los demócratas, entre 204 y 206.
Entre los republicanos, Trump no es el único molesto. “El viejo partido está muerto, es hora de enterrarlo”, tuiteó el senador Josh Hawley, una figura del ala derecha de los republicanos, que pidió construir algo nuevo. La víspera, otros allegados a Trump habían parecido querer desafiar a los líderes del partido en el Congreso, cuyos cargos estarán en juego próximamente.
El partido del presidente Joe Biden se hace así con la mayoría del Senado, con 50 escaños frente a los 49 que han obtenido hasta ahora los republicanos, según los medios estadounidenses.