Una conjunción que además de excepcional y única será especialmente interesante por la proximidad de los dos planetas, que se situarán a “solo” 810 millones de kilómetros, un acontecimiento astronómico que ha movilizado a numerosas instituciones científicas y sociedades astronómicas de todo el mundo para hacer observaciones y retransmisiones del evento en vivo.
Coincidirá además la alineación de la Tierra con Júpiter y Saturno con el solsticio de invierno —el día más corto y la noche más larga del año—, y todos los astrónomos consultados por EFE han coincidido al señalar que son precisamente ese tipo de acontecimientos los que propician la conexión entre la ciencia y la sociedad y los que desatan la fascinación por el Universo.
Varias instituciones científicas, investigadores, aficionados y divulgadores han programado numerosos espacios y retransmisiones —aunque no habrá concentraciones presenciales— para la contemplación de una alineación que culminará el lunes y que será visible, si el cielo lo permite, a simple vista, pero que será “perfecta” con prismáticos o telescopios sencillos, con los que se podrán incluso distinguir los numerosos satélites de Júpiter o los anillos de Saturno.
El investigador Miguel Ángel López Valverde, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA/CSIC) ha apuntado que se trata de una ocasión “especialmente bonita” para observar este acontecimiento histórico —mejor incluso desde telescopios aficionados que desde los observatorios más sofisticados y profesionales—, y ha subrayado el interés que despiertan las alineaciones de los cuerpos del sistema solar y especialmente los eclipses.
Valverde ha explicado a EFE que esos eclipses, especialmente cuando un planeta se alinea con una estrella lejana, revelan a los científicos información sobre la composición y la densidad de la atmósfera de un planeta y por ello también las condiciones de habitabilidad.
Las órbitas de Júpiter y Saturno producen conjunciones cada veinte años, pero raramente tan cerca como la que se va a registrar este año, según el investigador Ricardo Hueso, miembro del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco, que ha apuntado que una alineación parecida no se producía desde 1623, aunque entonces fue más difícil de observar debido a la cercanía “aparente” de los dos objetos al Sol.
Hueso a explicado a EFE que los dos planetas se acercarán tanto que se presentarán a los ojos de los observadores “como una sola estrella brillante en lugar de como dos planetas”, y que a partir del lunes comenzarán a distanciarse en el cielo nocturno, un efecto también “aparente” ya que los dos planetas se encuentran en órbitas muy diferentes.
La presidenta de la Federación de Asociaciones Astronómicas de España, Blanca Troughton, ha incidido en lo fácil que va a resultar observar a simple vista esta conjunción, incluso en lugares —como las grandes ciudades— con mucha contaminación lumínica, ya que los dos planetas destacan entre los objetos más brillantes del cielo nocturno.
Troughton detalla a EFE cómo: hay que mirar al oeste, tras la puesta de Sol, para ver dos objetos brillantes muy cercanos a 20 grados sobre el horizonte (aproximadamente el espacio que cubre la palma de la mano extendida), y conforme pasan los días se aproximarán más hasta que el lunes se presenten como un solo punto luminoso.
Y aunque los dos planetas se mostrarán en el cielo como alineados, en realidad estarán separados por una distancia equivalente a cinco veces la que hay entre la Tierra y el Sol, ha observado la presidenta de esta federación.
Nada tiene que ver además este fenómeno con la “estrella de Belén”, según los científicos, que han apuntado que no existe ninguna evidencia de que en el año 0 hubiera una conjunción de planetas similar.
“No sabemos a ciencia cierta qué pudo ser la estrella de Belén”, ha manifestado a EFE Victoriano Canales, coordinador de las actividades de la Federación de Asociaciones Astronómicas de España y representante de esta organización en la NASA, y ha descartado también que fuera una “supernova” (explosión de estrellas) ya que los barridos realizados con radiotelescopios no han detectado ningún rastro de esas explosiones.
Instituciones científicas, sociedades y asociaciones astronómicas han programado retransmisiones en vivo del acontecimiento para la noche del lunes (entre ellas el canal de YouTube de la FAAE) para que cualquier persona pueda contemplar este acontecimiento histórico como si tuviera un telescopio.