El estudio, que publica este jueves la revista The Lancet Planetary Health y que incluyó nueve estudios longitudinales en siete países y más de ocho millones de personas, proporciona, según sus autores, “evidencia científica robusta” sobre el impacto que tiene el incremento de las áreas verdes en las ciudades sobre la mortalidad prematura.
David Rojas, investigador del ISGlobal, centro impulsado por La Caixa, ha explicado que la mitad de la población mundial vive en ciudades, donde suele haber pocos espacios verdes pese a que hay muchos estudios que han demostrado que las áreas verdes tienen un efecto positivo sobre la salud, incluyendo menos estrés, mejor salud mental y menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
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Sin embargo, muchos de estos estudios se fijan solo en un momento específico en el tiempo y usan diferentes maneras de medir la exposición a áreas verdes.
Por eso, el equipo investigador decidió centrarse en estudios longitudinales —es decir, que siguen a una cohorte de personas a lo largo de varios años— que, además, cumplían otros dos requisitos: usar una manera sencilla de medir la exposición a áreas verdes basada en imágenes de satélite y considerar la mortalidad como desenlace.
Bajo estas premisas, los investigadores identificaron nueve estudios con más de ocho millones de personas en total, en siete países diferentes (Canadá, EEUU, España, Italia, Australia, Suiza y China).
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El meta-análisis de los estudios ha confirmado que un incremento en áreas verdes alrededor de la vivienda se asocia de manera significativa con una reducción en la mortalidad prematura, ha resumido Rojas.
El trabajo calcula que el efecto protector es de una reducción del 4% en la mortalidad por cada incremento de 0,1% en el índice de vegetación a 500 metros o menos de la residencia.
“Es la síntesis más grande y completa hasta la fecha sobre espacios verdes y mortalidad prematura y los resultados apoyan intervenciones y políticas que incrementen los espacios verdes como estrategia para mejorar la salud pública”, ha subrayado Rojas, que también trabaja en la Universidad de Colorado.
Rojas y su equipo están aplicando los resultados de este meta-análisis para estimar el número de muertes prematuras que se podrían evitar en ciudades de todo el mundo si se consiguiera la ambiciosa meta de aumentar la infraestructura verde.
“Los programas de incremento del verde urbano no solo son clave para promover la salud pública, sino que también aumentan la biodiversidad y mitigan los impactos del cambio climático, haciendo que nuestras ciudades sean más sostenibles y habitables”, ha concluido Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud del ISGlobal.