17 feb. 2025

Los fines de la educación paraguaya

¿Quiénes, cuándo y cómo se evalúa en las instituciones educativas si se ha conseguido o no el “pleno desarrollo de la personalidad” en todas sus dimensiones?

Todo plan de educación, sobre todo si es de ámbito nacional, debe definir claramente qué pretende conseguir, cuáles son los fines, los objetivos y las metas de su planificación, cómo y cuándo los alcanzará.

La Constitución Nacional, en el artículo 73, dispone quince fines de la educación nacional paraguaya que la Ley 1264 General de Educación explicita y ordena, en el artículo 9.

El primer fin (por ser el más importante e ineludible) de la educación paraguaya, según la Constitución y la ley, es “el pleno desarrollo de la personalidad”, y la ley completa diciendo, “en todas sus dimensiones”.

¿Dónde está este fin, sus objetivos y metas, en los currículos, planes y programas del Ministerio de Educación y Ciencias y en las propuestas del Plan Nacional de Transformación Educativa (PNTE)? ¿Quiénes, cuándo y cómo se evalúa en las instituciones educativas si se ha conseguido o no el “pleno desarrollo de la personalidad” en todas sus dimensiones?

El Ministerio y el PNTE (por tantos errores rechazado) ignoran las implicancias pedagógicas, didácticas, técnicas, psicológicas y científicas de este fin fundamental y prioritario de la educación, y violan impunemente la Constitución y la Ley General de Educación.

La situación creada no es baladí. Los daños que generan esta irresponsable ignorancia y violación son muy graves y perennes, en perjuicio, prácticamente irreparable a los educandos y a la sociedad y la nación:

1. Se le está robando a millones de educandos un derecho fundamental, protegido por la Constitución y la ley.

2. Queda truncada la natural realización de la original identidad biológica definida en el ADN y las huellas dactilares.

3. Sin desarrollo de la personalidad quedan masificados y manipulables fácilmente por poderes fácticos.

4. La sociedad se empobrece al recibir personas amorfas, personalmente subdesarrolladas y desaparece la riqueza del pluralismo y la diversidad social.

5. Es una aberración pedagógica y un fraude llamarle educación a unos procesos que han eliminado el fin principal de la educación.

6. La ausencia de planes y programas para desarrollar la dimensión espiritual de toda persona y su personalidad, deja al ser humano, es decir, a todos los educandos a nivel de simple mamífero, ya que lo que nos diferencia a los humanos de los demás mamíferos es precisamente la dimensión espiritual, sea esta natural o también religiosa.

7. Sin desarrollo de la personalidad es fácil ser dominados por el colectivismo y alienar los derechos humanos personales, cediéndolos sin réplica al poder dictatorial del macro Estado totalitario.

8. Para los creyentes no educar y no desarrollar la personalidad es pervertir el plan de Dios, que nos ha creado a todos diferentes . No hay dos personas iguales, ni siquiera entre mellizos o gemelos.

El gran desafío de todos los educadores profesionales es afrontar la educación personalizada, inteligentemente recreada y promovida por Pierre Faure.

Espero que, sin tratar todos los fines, solamente esta breve reflexión sobre el estado del fin más importante de la educación paraguaya, ayude a comprender por qué queremos otra educación y por qué rechazamos el Plan Nacional de Transformación Educativa (PNTE).