Indignados, ciudadanos de ese país en la Pequeña Haití en Miami cuentan a EFE que Trump y su aspirante a vicepresidente, el senador por Ohio JD Vance, deben parar ya de contar “esas peligrosas mentiras” que solo buscan demonizarlos.
Sentada al frente de una colorida vivienda al lado de una camioneta en la que vende ropa, Yolande Fertil, de 75 años, no para de mover la cabeza del malestar que le producen las palabras de Trump.
“En Springfield (Ohio) la gente que llegó se está comiendo a los perros, se está comiendo a los gatos, se está comiendo a las mascotas de la gente que vive allí”, señaló el magnate neoyorquino en su debate el martes frente a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.
“Está mal, mal, mal. Los haitianos estamos enojados”, expresa a EFE Fertil, quien el 5 de noviembre va a votar “demócrata”.
Nota relacionada: Claves del debate en EEUU: De la dinámica de género a la oratoria de Harris y el caos de Trump
Mirando unos gatos que toman agua dentro de una barbería de la zona, uno de los trabajadores del lugar se toca la cabeza en signo de incredulidad y sin ganas de hablar.
Uno de los clientes, quien no quiere decir su nombre, asegura que Trump “no respeta a ningún país ni a nadie y solo juega a la política": “No quiere que voten por Kamala”, dice al explicar que el republicano incita al racismo.
Mientras limpia los pisos de la iglesia First Interdenominational Haitian Church, Virginia François manifiesta a EFE que es solo cuestión de respeto. “Respete a la gente para que la gente lo respete”, exclama.
La demonización de los migrantes
Para Paul Christian Namphy, director político del Movimiento Red de Acción Familiar (FANM), es “muy grave” que Trump haya repetido esas mentiras en un debate “del cargo más alto del país, frente a la nación entera”.
Son “palabras insultantes, feas, demonizando nuestra comunidad”, asegura el activista de una de las mayores organizaciones haitianas de Florida al recordar que esta conspiración contra los haitianos se remonta a días antes.
“Es un plan para demonizar y criminalizar no solamente a la comunidad haitiana, sino a todas las comunidades inmigrantes, y también es un ataque contra personas de color en general”, señala a EFE.
“Cuando escuchamos a Elon Musk (dueño de la red X que también ha difundido la mentira), cuando escuchamos a JD Vance, para nosotros es un insulto”, reitera.
Lea también: Debate presidencial en EEUU: Harris provoca a Trump al decir que la gente no va a sus convocatorias
Las mentiras de Trump parecen causar mella en Springfield (Ohio), donde en los últimos años se han asentado unos 10.000 haitianos y que ha sufrido amenazas de bomba los dos últimos días en escuelas y oficinas públicas.
Aunque oficialmente no se han vinculado ambos hechos, el alcalde, Rob Rue, ha pedido “ayuda, no odio”.
El director político de FANM lamenta que comunidades haitianas sufran racismo en estados como Ohio e Indiana, a los que han estado llegando en los últimos años al parecer por la necesidad de mano de obra.
“Infelizmente, subraya, hay mucho racismo ligado en esos estados, entre otros, con la teoría conspirativa del Gran Reemplazo, con el argumento de que los migrantes “van a llegar para volverse la mayoría”.
La mayoría de migrantes haitianos están en el sur de Florida y hay otras concentraciones en Nueva York, Massachusetts, Georgia, Pensilvania y California.
Las palabras inaceptables y de desesperación de Trump y un tema fundamental para ellos, como son las deportaciones, “definitivamente van a impactar el voto” de esta comunidad, subraya Namphy.
“Tenemos que saber quién está promoviendo nuestros intereses (...) tenemos que rechazar el odio, la división, el racismo y las mentiras”, recalca.
Especialmente en Georgia, que es un estado muy reñido, los haitianos pueden ser decisivos electoralmente.
El activista añade que esta comunidad tiene puestos los ojos en una nueva designación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los 300.000 que ya tienen este auxilio migratorio que los protege de la deportación y para 200.000 nuevos migrantes de Haití que lo necesitan.
Fuente: Ivonne Malaver/EFE.