Del cielo al infierno. Una de las características particulares que presentó este año de la pandemia fue cómo las figuras de Salud Pública fueron consideras por la población.
El equipo de manejo de la crisis estuvo compuesto básicamente por cuatro figuras principales: El ministro de Salud Pública, Julio Mazzoleni; el viceministro de Rectoría y Vigilancia de la Salud, Julio Rolón Vicioso; el director de Vigilancia de la Salud Guillermo Sequera, y el entonces viceministro de Atención Integral a la Salud, Juan Carlos Portillo.
Antes de la pandemia, el sistema de salud había soportado la peor epidemia de dengue en los últimos 10 años. En ese momento, a Mazzoleni se le criticó el no haber previsto dicha situación con la contratación de más personal a tiempo y demorar la declaración de emergencia sanitaria.
Cuando se declararon las medidas de aislamiento en Paraguay, luego de confirmarse los dos primeros casos en el país, los casos de coronavirus empezaron a dispararse en varios países del continente. Sobre todo en Brasil, Chile, Perú, Ecuador y posteriormente Argentina, entre otras naciones.
La casi inexistencia de hospitalizados a causa de la enfermedad, más la baja cantidad de fallecidos, hicieron que la opinión pública empezara a ponderar la figura del ministro de Salud con sus colaboradores. El capitán, tal fue el mote con el que Mazzoleni fue bautizado en los primeros tiempos, navegaba en aguas calmas y en un tiempo espléndido.
Como muestra de la gran aceptación que tenía, se mencionarán dos ejemplos: Los compañeros de promoción de colegio del ministro de Salud se raparon la cabeza, como una manera de mostrar su apoyo y aprobación a su gestión.
En un caso de admiración más radical, un hombre se tatuó el rostro de Mazzoleni en una de las piernas.
La cuarentena total, la instalación de los albergues y la preparación del sistema de salud para enfrentar lo peor de la pandemia parecían ser suficientes para que el romance entre los servidores públicos y la ciudadanía durara mucho tiempo. Pero ningún amor es para siempre.
AGUAS TURBULENTAS
El mayor golpe que recibió el navío de la administración Mazzoleni tuvo que ver con la compra fallida de los insumos que llegaron de Hong Kong. Este caso puede resumirse de la siguiente manera: Demora de la carga que obliga a extender la cuarentena total, que ya causaba serios daños sobre todo a los comerciantes menores y cuentapropistas. Productos sanitarios de calidad dudosa y sin cumplir con las especificaciones, que finalmente tuvieron que ser devueltos. Denuncias de trabajadores de Salud que costeaban sus equipos de protección de bioseguridad.
A esto se sumó el reclamo del Estado por cobrar el adelanto entregado a las empresas proveedoras, sumarios que derivaron en sanciones a funcionarios menores y renuncias de otros.
En cada conferencia y declaración a los medios, Mazzoleni explicaba las razones de los problemas que atravesaba el sistema.
Muchas declaraciones en contra también tenían consigo un trasfondo de parte de facciones del mismo partido de gobierno.
En medio de esta situación, crecía el hartazgo por el largo encierro. También se sumaba el hecho de que desde Salud insistían con las medidas de prevención, pero varios no las cumplían y ni eran sancionados, como fue el caso de Horacio Cartes.
La falta de cumplimiento de las medidas fue la razón que tumbó al entonces viceministro de Salud, Juan Carlos Portillo, quien participó del cumpleaños de su pareja.
Portillo fue filmado en el acontecimiento social sin usar tapabocas, al igual que su pareja y sus invitados. A raíz de esta situación presentó su renuncia al cargo. El funcionario de Salud era uno de los que más insistían en el cuidado y criticaba a la población por no cumplirlas.
Sequera también estaba en el ojo de las críticas, luego de que se reconociera su labor para contener la pandemia. Se le cuestionaban las posibles proyecciones de la pandemia en el país. El epidemiólogo aclaraba que eran pronósticos posibles.
Desde el inicio de la gestión, al viceministro Rolón lo acusaban de un manejo de seccionalero desde su cargo. Las críticas llovieron hacia él cuando cuestionó el festejo de unos futbolistas al reanudarse el Apertura.
Vemos deficiencia en la administración de Salud y en el fortalecimiento real. Debería hacerse un autoanálisis para fortalecer los planes que se van a tener.
Rosanna González, Sinamed.
Ellos deben redoblar esfuerzos para superar esta situación, sostener el crecimiento, ser abiertos e incluir en la toma de las decisiones a las enfermeras. Mirna Gallardo, Asociación de Enfermeras.