De una semana a otra, la plancha de treinta huevos pasó, en números redondos –u ovalados, como lo prefiera– de G. 30.000 a G. 40.000, una suba del 33%. Entonces, justificaron que el aumento es propio de la temporada de vuelta a clases y se debe también a la menor producción. Detallaron que la producción cayó 5%, pero los precios subieron 33%, así que no entendí muy bien esa parte. Mientras la producción en general subió entre 12% y 15%, estos cuestan 33% más, mba’épio upéva. Es el mercado estúpido, no los vas a entender así nomás.
Pero esto no es todo. En la siguiente semana, los huevitos ya pasaron a costar G. 45.000 en las cadenas más conocidas del país. En los diarios publicaron que la suba del producto ya había sido previamente anunciada desde el sector. Néstor Zarza, presidente de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar), dijo a Última Hora que “el incremento se daría como consecuencia de factores naturales de esta temporada, ante una menor disponibilidad y una mayor demanda”. El señor agregó: “Creemos también que uno de los factores principales es que hay casi nulo ingreso de productos de origen ilegal de contrabando y eso hace que la totalidad del mercado se esté proveyendo de la producción nacional”.
“El calor baja un poco la producción, sobre todo a los que tienen instalaciones más precarias y, tercero, aumenta notablemente el consumo en esta temporada y hoy por hoy también presionado por el precio de la carne, porque el huevo es una de las alternativas para cubrir la proteína en la alimentación”, añadió el titular de Avipar. Entonces, en Paraguay, donde el calor parece sempiterno, la producción mermaría gran parte del año. Las explicaciones no fueron suficientemente exactas, imagino, o al menos no satisficieron mi curiosidad.
La realidad es que hay un consumidor que viene siendo manoseado y golpeado constantemente por los precios de la canasta básica, pero para el Banco Central del Paraguay (BCP), la inflación fue de apenas 1% en enero, y a ver qué pintan en febrero. Ya en el 2024 nos dejaron boquiabiertos con el 3,8%. La Secretaría Nacional de Defensa al Consumidor y al Usuario (Sedeco) poco hace, estamos indefensos en medio de este mercado voraz e inhumano.
Lo mismo ocurrió con los servicios de las empresas proveedoras de internet el año pasado, se pusieron de acuerdo para ir subiendo los valores de un saque, sin avisar con los 30 días de anticipación que se especifica en los contratos. Hay reclamos, pero sin resultados ni mucho menos sanciones, oparei memete es la cuestión. Es como si el Departamento de Eficiencia Gubernamental se haya instalado en Paraguay para aprovecharse de nuestros datos, pero no para defendernos ni reducir costos, ni en el sector público, ni en el sector privado.
A pesar de que a raíz de las altas temperaturas “la reducción se presenta en un nivel de 5% respecto de lo que normalmente se produce”, lo que a su vez “representa unas 180.000 unidades de huevo por día que no se pueden producir, y esto se extiende por dos o tres semanas”, los huevos van a seguir por las nubes al menos hasta Semana Santa, según los augurios. De esta forma, me cuesta más entender las matemáticas, porque yo creí que tres semanas son 21 días y no tres meses. Y hay peores vaticinios, porque nadie defenderá a los consumidores, la inflación seguirá por el piso para el BCP, pero los precios de los productos no van a bajar, sino lo contrario. Así que atajémonos nomás con este gobierno de técnicos y profesionales.