El presidente del grupo del Partido Popular Europeo PPE, Manfred Weber, consideró que el pacto alcanzado “es una buena noticia para Europa en su conjunto” e indicó que el gobierno del primer ministro griego, Alexis Tsipras, tendrá que demostrar a los socios de la zona euro su voluntad de seguir adelante con las reformas.
“Tsipras y su gobierno han destruido mucha de la confianza entre los socios de Grecia en los últimos meses. Para recuperar esa confianza, (Tsipras) tendrá que demostrar que existe una clara voluntad de seguir adelante con reformas estructurales profundas y ambiciosas”, dijo Weber.
Asimismo, subrayó que el acuerdo de hoy “no es la conclusión, sino solo el principio de un largo camino por delante”.
Por su parte, el presidente de los socialistas y demócratas (S&D) en la Eurocámara, Gianni Pittella, saludó el pacto que, consideró, “ha exigido importantes esfuerzos y elecciones difíciles por ambas partes”.
“Creemos firmemente que la crisis griega debe ser una lección de la que todos tenemos que aprender: Europa tal como está ahora estructurada, debe cambiar. Mientras el egoísmo nacional tenga el arma del poder del veto sobre los intereses comunes, la UE no será efectiva y será incapaz de afrontar futuros retos”, añadió.
Pittella valoró que la opción del “grexit”, o la salida de Grecia de la zona euro, haya sido descartada, pese a las “irresponsables y peligrosas intenciones” del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble y consideró esencial “que se apliquen lo antes posible las medidas para conducir a la inversión y al crecimiento previstas en el acuerdo”.
Por su parte, el presidente de los liberales y demócratas europeos (ALDE), el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, subrayó la importancia de haber logrado un acuerdo ya que “un Grexit hubiera sido un desastre para el pueblo griego y para el futuro de la UE”.
“No obstante, la manera en que se ha logrado este acuerdo no es la forma en que la UE debería actuar. No podemos seguir permitiendo que la eurozona sea tomada como rehén por los extremismos de izquierda y derecha”, consideró.
El líder de los liberales opinó también que “tenemos que aprender” de lo ocurrido en Grecia e indicó que “una unión monetaria sin una unión política no es sostenible”.
“Cambiemos Europa para que esto no vuelva a suceder”, añadió.
Por su parte, el eurófobo Nigel Farage, líder del grupo Europa por los Derechos y la Democracia Directa de la Eurocámara consideró que la posición de Tsipras “está ahora en juego” y dijo que si el fuera un político griego “votaría en contra de este acuerdo” y que si fuera un votante del “no, estaría protestando en las calles”.
“Este acuerdo condicional demuestra que la democracia nacional y la afiliación a la Eurozona son incompatibles”, opinó Farage.