Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, murió el 16 de setiembre, cuando se encontraba bajo custodia de la policía de la moral en Teherán por supuestamente infringir el estricto código de vestimenta de las mujeres de la República Islámica.
Las autoridades afirman que la joven murió de una enfermedad y no de “golpes”, según un informe médico rechazado por su padre. Según su primo, murió tras “un violento golpe en la cabeza”.
La indignación provocada por su muerte ha desatado la mayor ola de manifestaciones y violencia en Irán desde las protestas de 2019 contra la subida de precios de la gasolina en este país petrolero.
Las protestas se propagan pese a los cortes de las redes sociales más populares y están encabezadas por mujeres jóvenes, que queman sus velos y no vacilan en enfrentarse a la policía. “¡Los mulás deben marcharse!”, coreó el sábado un grupo de alumnas sin velo en la Escuela técnica y profesional Shariati de Teherán, según un video publicado en internet. AFP