Por primera vez en tres días, los fallecidos en las últimas 24 horas en el país (67) no pasaron del centenar, en tanto que el número de casos confirmados se incrementó en 1.089 desde la víspera, para superar otra vez el millar en una sola jornada.
Las autoridades del Ministerio de Salud volvieron a advertir sobre la “necesidad” de que los ciudadanos respeten todas las medidas de restricción de la circulación adoptadas por gobernadores o autoridades municipales.
La gran preocupación, según subrayó el ministerio en su boletín diario, es controlar el ritmo de contagios y “ganar tiempo” para equipar los hospitales, a fin de que estén listos para cuando se acerque el pico de la pandemia, previsto para fines de este mes o principios de mayo.
Este sábado, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien insistió en criticar y desafiar las medidas de aislamiento forzadas por el avance del Covid-19, visitó un hospital de campaña que está siendo montado a 60 kilómetros de Brasilia, en el estado de Goiás.
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Lo hizo junto con el ministro de Salud, Luiz Henrique Madetta, y esta vez, a diferencia de otras en que salió a pasear por las calles de Brasilia en claro desacato a la cuarentena, utilizó una máscara y, además, el gobernador del estado de Goiás, Ronaldo Caiado, le obligó a lavarse las manos con alcohol antes de saludarle.
Caiado mantiene una estrecha relación con Mandetta, así como él es médico, y recomienda las cuarentenas y todas las medidas para restringir el contacto entre personas frente a la pandemia, que el mandatario brasileño critica desde el principio de la crisis.
Aún cuando esta vez tuvo algún cuidado, Bolsonaro se acercó a un grupo de seguidores que se apiñó a la salida del hospital y, ya sin la máscara, hasta abrazó a algunos.
Mandetta no quiso comentar esa actitud, pero volvió a insistir en que “quien participe en aglomeraciones, en algún momento lo va a lamentar”.
Pese a la posición del Ministerio de Salud, apoyada por la gran mayoría de los brasileños, pequeños grupos manifestaron este sábado en Sao Paulo su apoyo a Bolsonaro y protestaron por la cuarentena impuesta por el gobernador de ese estado, Joao Doria, desde una caravana de automóviles que recorrió varias avenidas de la ciudad.
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Actitudes de esa naturaleza y su insistencia en minimizar los efectos de la pandemia le costaron a Bolsonaro este sábado una dura crítica de la organización Human Rights Watch (HRW).
“Bolsonaro está saboteando los esfuerzos de gobernadores y de su propio Ministerio de Salud para contener la diseminación del Covid-19, poniendo en riesgo la vida y la salud de los brasileños”, dice un comunicado firmado por el director de la División de las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.
“Para evitar muertes por esa pandemia, los líderes deben garantizar que las personas tengan acceso a informaciones precisas, basadas en evidencias, y esenciales para proteger su salud”, pero Bolsonaro “está haciendo todo, menos eso”, agregó.