Un estudio recogido este jueves en la revista Science describe cómo los murciélagos pueden identificar su ubicación, incluso después de haber sido desplazados, y utilizar la ecolocalización para saber dónde están y cómo moverse en radios kilométricos.
Los científicos, del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, la Universidad de Constanza (ambos en Alemania), la Universidad de Tel Aviv y la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel), realizaron experimentos con una especie de murciélago, el pipistrelle de Kuhl (Pipistrellus kuhlii), que pesa solo 6 gramos de peso y es común en el valle de Hula, en Israel.
Los científicos instalaron un ligero sistema de rastreo por GPS llamado Atlas, que ofrece una alta resolución en tiempo real, a 76 ejemplares de murciélago del valle durante varias noches.
A algunos de esos murciélagos les dotaron también de pequeños instrumentos extra para evaluar cómo influyen su visión, olfato, y sentido magnético en su capacidad de ubicarse y regresar a sus dormideros.
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Posteriormente, sacaron a los 76 murciélagos de las zonas cercanas a sus dormideros y los colocaron en diferentes puntos del valle en un radio de tres kilómetros.
El resultado fue que el 95% de los murciélagos regresaron a sus nidos en cuestión de minutos, lo que, a juicio de los investigadores, demuestra que estos animales pueden realizar una navegación kilométrica utilizando únicamente este modo de guiarse.
Además, vieron que también mejoran su navegación utilizando la visión.
Mapa mental acústico
El equipo creó también un mapa detallado de todo el valle para tratar de entender “lo que experimentaba cada murciélago durante el vuelo y comprender cómo utilizaban la información acústica para navegar”, explica en un comunicado Xing Chen, la investigadora de la Universidad de Tel Aviv que elaboró la reconstrucción del espacio.
El modelo reveló que los murciélagos tienden a volar cerca de las zonas donde exista una información acústica más rica, es decir, donde puedan servirse de un árbol o una carretera como puntos de referencia de sonido.
“Durante la fase de localización, los murciélagos realizan un vuelo serpenteante que, en un momento dado, cambia a un vuelo direccional hacia su destino, lo que sugiere que ya saben dónde están”, detalla otra de los autores, Aya Goldshtein, investigadora del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal.
El estudio concluye que los pipistrelles de Kuhl pueden navegar varios kilómetros utilizando únicamente la ecolocalización, aunque cuando disponen de visión mejoran el rendimiento de navegación combinando ambos sentidos.
Tras ser desplazados, estos pequeños murciélagos identifican primero su nueva ubicación y luego vuelan a casa, utilizando como puntos de referencia agentes ambientales con señales acústicas distintivas, un “claro indicativo” de que poseen un mapa mental acústico de su territorio, concluyen los investigadores.
Fuente: EFE