La investigación, liderada por el Centro Arqueológico y Museo para la Evolución del Comportamiento Humano de Neuwied (Alemania), arroja luz sobre la forma de vida de estos humanos, que ya presentaban avanzadas capacidades organizativas, simbólicas e intelectuales.
La forma de enfrentarse a sus objetivos, como ciervos, aporta ahora nuevas pistas sobre su conducta y biología, pues optaban por atacar a sus presas desde la corta distancia, lo que, seguramente, les obligaba a cooperar entre ellos y diseñar sofisticados planes de caza, señalan los expertos.
La idea de que los neandertales y antepasados como el Homo heidelbergensis usaban lanzas de madera para cazar está ya documentada gracias al hallazgo en yacimientos del Reino Unido y Alemania de este tipo de armas, de una antigüedad de entre 300.000 y 400.000 años.
No obstante, los científicos no habían logrado demostrar, hasta ahora, cómo las usaban exactamente, debido a que las muestras de las lanzas y las señales dejadas por estas en las presas no suelen presentar buenos estados de conservación, al tiempo que es difícil encontrarlas juntas.
Para este nuevo estudio, los expertos obtuvieron imágenes de tomografía microcomputerizada del esqueleto de un gamo encontrado junto a un lago del yacimiento arqueológico de Neumark-Nord, situado al este de Alemania y con una antigüedad de unos 120.000 años.
La investigadora al frente de este trabajo, Sabine Gaudzinski-Windheuser, y sus colaboradores también aplicaron pruebas de balística sobre los restos del animal para recrear el tipo de daño que pudieron infligir las citadas armas.
Los autores sugieren que los venados fueron abatidos con lanzas afiladas de madera a corta distancia, tal vez como resultado de la puesta en funcionamiento de tácticas cooperativas de emboscada.
“Estas formas de caza de confrontación requieren una estrecha cooperación entre su participantes y, con el tiempo, pueden haber dado forma a aspectos importantes de la biología y comportamiento de los homínidos”, concluyen los expertos.
En un artículo de opinión que acompaña al texto de la investigación, Annemieke Milks, del University College London (R.Unido), recuerda que aunque los neandertales de Neumark-Norde eran capaces de cazar en distancias cortas, es posible que también lo hicieran arrojando sus lanzas desde más lejos.
Lo que demuestra este estudio, precisa, es que esos hombres adaptaron sus técnicas de caza a terrenos boscosos y cerrados, incorporando complejos comportamientos cooperativos y comunitarios.