La insistencia de los familiares del suboficial Edelio Morínigo, que lleva desaparecido cinco años y medio, hizo que efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta y un equipo de la Fiscalía realice un operativo para buscar supuestos restos del policía, pero sin éxito.
Los investigadores obtuvieron la pista de parte de la madre del suboficial, Obdulia Florenciano de Morínigo, que llamó al comandante de la FTC para comunicarle que tenían información de que el cuerpo de su hijo estaba enterrado a unos mil metros de su vivienda, en Arroyito, Departamento de Concepción.
“Recibí una llamada de doña Obdulia, que dijo que recibió la información que su hijo estaba enterrado a mil metros de su casa, o a 800 metros”, relató a los medios el general Leonardo Ibarrola, comandante del Comando de Operaciones de Defensa Interna, que se hizo presente en el lugar, junto al fiscal Joel Cazal y otras autoridades.
Los agentes llegaron pasado el mediodía de ayer a un establecimiento rural de alrededor de tres hectáreas, ubicado en las inmediaciones, donde los familiares descubrieron una presunta caleta del grupo guerrillero.
Se pudo divisar un tambor que, luego de una revisión en medio de una fuerte lluvia, se comprobó que no contenía los restos del suboficial secuestrado.
Sin embargo, se encontraron objetos como prendas de vestir varias, un pasamontañas, dos vainillas percutidas, un proyectil sin rastros de estría, botones de metal varios, frascos de gasa, un frasco de perfume, un cargador de celular, calcetines, varios pares de botas de lluvia de color negro y zapatillas de baño, entre otros, que fueron vistas por Elisa Mabel Ledesma, esposa de Edelio. La mujer afirmó que ninguno de los objetos pertenecía a su marido.
INVESTIGACIÓN
Apolonio Morínigo, padre del uniformado desaparecido, explicó que la familia lleva un tiempo realizando una investigación paralela a las autoridades y que de esa forma obtuvieron la información del lugar donde supuestamente habían dejado el cuerpo de su hijo.
“No dormimos por causa de este tema. Preguntamos, rezamos y pedimos a la gente que rece por nosotros. Fue así que nos dieron este dato. La señal que nos dieron coincidió”, dijo don Apolonio, sin dar demasiados detalles de cómo obtuvieron la información del tambor enterrado, muy cerca de su casa. Sin embargo, el hombre dijo que seguirán con los trabajos en paralelo. “Vamos a seguir buscando, porque nuestro compromiso es hasta que dé nuestra capacidad”, añadió.
PRUEBA DE VIDA
El suboficial de policía Edelio Morínigo fue secuestrado el 5 de julio de 2014. La última vez que sus seres queridos lo vieron con vida fue en un video difundido por el Ministerio Público, en octubre de ese mismo año, es decir, tres meses después de su captura. En el material audiovisual aparecía custodiado por hombres con ropa camuflada y armada con fusiles.
Se dirigió a su esposa, Elisa, a quien pidió que lo espere y también a sus padres, a quienes dijo que lo tratan bien sus captores.
Desde entonces, no se volvió a tener noticias de él, que fue privado de su libertad cuando había ido de caza con un grupo de amigos en la estancia María Auxiliadora, también conocida como Macchi Cué, en la zona de Arroyito.