A diferencia de los probióticos, que son microorganismos vivos, los prebióticos son el “alimento” de las bacterias beneficiosas del organismo y ayudan a crecer a estos microorganismos de la flora intestinal.
El estudio, publicado este martes en Cell Reports, es una nueva demostración de que los microbios intestinales juegan un papel en la respuesta inmunológica al cáncer y avala los esfuerzos por usar los microorganismos intestinales (microbioma) para combatir el cáncer.
“Estudios anteriores han demostrado que los prebióticos limitan el crecimiento de los tumores, pero hasta ahora no se había aclarado cómo”, explica Ze’ev Ronai, profesor del Programa de Iniciación y Mantenimiento de Tumores del Instituto Sanford Burnham Prebys y autor principal del estudio.
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“El estudio muestra por primera vez que los prebióticos aumentan la inmunidad antitumoral y limitan el crecimiento del cáncer”, subraya Ronai.
“Los prebióticos son una herramienta poderosa para reestructurar los microbiomas intestinales e identificar las bacterias que contribuyen a la inmunidad anticancerosa”, agrega Scott Peterson, profesor del Programa de Microambiente Tumoral e Inmunología del Cáncer de Sanford Burnham Prebys y coautor del estudio.
“Los avances científicos que estamos haciendo aquí nos acercan a la idea de implementar prebióticos en tratamientos de vanguardia contra el cáncer”, destaca Peterson.
Actualmente, las inmunoterapias y tratamientos dirigidos contra el melanoma ayudan a muchos pacientes, pero no a todos. Además, en muchos casos, los enfermos desarrollan resistencia al tratamiento, lo que requiere combinaciones de medicamentos alternativos.
En este contexto, la manipulación del microbioma con prebióticos podría ser una ayuda adicional útil para los tratamientos actuales, por lo que “el hallazgo debería ser probado más a fondo en modelos y sistemas independientes”, puntualiza la Jennifer Wargo, profesora de oncología quirúrgica y medicina genómica de la Universidad de Texas.
Así fue el estudio
En el estudio, los científicos se propusieron identificar prebióticos específicos para promover el crecimiento de bacterias buenas y activar la inmunidad antitumoral.
Basándose en estudios previos, se centraron en la mucina -una proteína que forma parte de la mucosidad que se encuentra en nuestro intestino y otros tejidos- y en la inulina, una fibra que se encuentra en plantas como los espárragos y las cebollas.
Los científicos alimentaron a ratones sanos con mucina o inulina y después les trasplantaron células de melanoma o de cáncer de colon para determinar el efecto de los prebióticos.
Los ensayos demostraron que el crecimiento del melanoma se había ralentizado en los ratones que recibieron mucina o inulina, mientras que el crecimiento de una línea celular de cáncer de colon se ralentizó solo en los ratones que recibieron inulina.
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Además, los ratones con melanoma que recibieron cualquiera de los dos prebióticos mostraron un aumento en la proporción de células del sistema inmunológico que se habían infiltrado en el tumor, lo que demuestra que los prebióticos mejoraron la capacidad del sistema inmunológico para atacar el cáncer.
“Nuestros hallazgos son un paso adelante en nuestra comprensión de cómo ciertos prebióticos afectan el crecimiento del tumor, pero estamos lejos de aplicarlos a los humanos”, advierte Ronai.
“Es necesario realizar futuros estudios en modelos animales más complejos de diferentes antecedentes genéticos y edades para abordar la compleja naturaleza de los tumores humanos antes de que podamos considerar la evaluación de estos prebióticos en las personas”, concluye el investigador.