Ambos trabajos, publicados este miércoles en Plos One, se basan en el análisis de varias piezas dentales del Pleistoceno inicial y medio.
El primer trabajo, liderado por la investigadora de la Universidad de Burdeos (Francia) Laura Martín-Francés, analiza varios molares de Homo antecessor, la especie humana más antigua de Europa que habitó en el continente durante el Pleistoceno inicial (desde hace 1,3 millones de años hasta hace 700.000 años) y que por el momento se considera el candidato más plausible para ser el ancestro común de los neandertales y el hombre moderno (sapiens).
El artículo analiza la estructura interna de una colección de molares, comprendida por 17 molares maxilares y mandibulares, que perteneció a esta especie de hace 860.000 años.
“Algunas características estructurales de los molares, como el grosor del esmalte, la proporción de dentina o el patrón de distribución del esmalte en la corona, son útiles para determinar a qué especie perteneció (taxonomía) y su relación con otras especies (filogenética)”, explica la investigadora española.
El objetivo del trabajo era determinar si el Homo antecessor tenía una proporción de tejidos más similar a la descrita para la especie Neandertal (cuyo esmalte es fino) o a la de otras poblaciones extintas y humanos modernos, que poseen un esmalte grueso.
Mediante la microtomografía computerizada (mCT), una técnica que permite visualizar la estructura interna de los fósiles sin dañarlos, los investigadores aislaron los diferentes tejidos que comprenden la estructura del diente (esmalte, dentina y cavidad pulpar) y generaron el volumen en 3D para calcular sus medidas.
Además, los investigadores crearon mapas topográficos de los dientes para poder visualizar cómo se distribuye el esmalte en la corona de los molares.
Al comparar los resultados obtenidos en H. antecessor con el resto de poblaciones extintas y actuales de fósiles de África, Europa y Asia, los investigadores vieron que Homo antecessor tenía el esmalte grueso, un rasgo primitivo compartido con la mayoría del registro fósil y con los humanos modernos.
“Pero el dato significativo del estudio lo aporta la distribución del esmalte sobre la corona del H. antecessor que presenta una distribución similar a la observada en los neandertales y diferente de los otros homínidos”, afirma la investigadora.
“Esto significaría que rasgos que habían sido descritos como 'únicos’ de los Neandertales estaban ya presentes en Europa hace casi un millón de años, demostrando las raíces profundas del linaje Neandertal en Europa”, subraya.
El segundo estudio, liderado por el doctor Clément Zanolli, de la Universidad de Toulouse (Francia), y en el que también ha participado Martín-Francés, analiza los dientes fósiles de los yacimientos italianos de Fontana Fanuccio y Visogliano, de unos 450.000 años (Pleistoceno Medio) y contemporáneos de la Sima de los Huesos en Atapuerca (Burgos, España).
Aplicando la misma técnica, el estudio reconstruye los tejidos y la morfología de las piezas dentales y concluye que tanto en la forma como en el grosor y la distribución de los tejidos dentales, las dos poblaciones (Fontana Fanuccio y Visogliano) presentan rasgos típicos de los neandertales y de otras poblaciones del Pleistoceno Medio, como la de la Sima de los Huesos.
Además, los resultados de este estudio destacan que, aunque ciertas poblaciones del Pleistoceno Medio, como las de Fontana Ranuccio, Vissogliano y Sima de los Huesos, presentan rasgos típicos neandertales, otras poblaciones contemporáneas a estas, como las de Aragó (Francia) y Mala Balanica (Serbia) no poseen dichos rasgos característicos, “lo que nos lleva a pensar que durante esta época en Europa podría haber más de una genealogía”, concluye.