Al menos cinco centrales obreras, que a su vez incluyen varios sindicatos, se adhieren a la huelga el miércoles 26 de marzo. También se unen a la movilización campesinos y estudiantes universitarios y secundarios.
Estos frentes tienen reclamos específicos al Gobierno, calificado por los manifestantes como “neoliberal”. Los une el rechazo de la ley de Alianza Público Privada (APP), pero apoyan las reivindicaciones de todos los participantes.
El presidente Cartes hizo referencia a la huelga el pasado viernes afirmando que en realidad no quería opinar al respecto “porque no le tengo miedo al trabajo y no le tengo miedo al compromiso, no tengo miedo a honrar lo que me comprometí".
Los reclamos
En particular, los campesinos reclaman la anhelada reforma agraria, el cese de las represiones y la libertad de los labriegos presos por oponerse a fumigaciones. El sector rechaza rotunda e históricamente la sojización del campo.
Los labriegos empezaron a cerrar rutas desde este lunes con miras a la gran marcha campesina del miércoles, que por primera vez se unirá a una huelga general.
Por su parte, las centrales obreras exigen un aumento del salario mínimo en un 25% y rechazan el reciente reajuste del 10%, asimismo, piden el control de los precios de los productos de la canasta básica, la libertad sindical y el precio justo del pasaje.
Un grupo de trabajadores se concentrará frente al Congreso junto con los campesinos, mientras otro sector permanecerá en la Plaza de la Democracia.
Las centrales prevén cortes intermitentes de rutas desde este lunes. En la madrugada del miércoles también se concentrarán en diferentes puntos del área metropolitana.
A la movilización se suman igualmente docentes de la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay - Sindicato Nacional (Otep-SN) y algunos dirigentes de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP). El sector reclama educación gratuita y de calidad, se movilizan contra la política “antipular y represiva” del Gobierno, según dijo el dirigente Vidal Ortega.
En tanto, los estudiantes secundarios también se pronunciaron a favor de la huelga, incluso antes que los universitarios. Los jóvenes reclaman, en particular, un mayor control en la distribución de los recursos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide).
Los jóvenes se concentrarán en la Escalinata Antequera, donde participarán de actividades artísticas y posteriormente se unirán a la manifestación de la Plaza de la Democracia.
A su vez, los universitarios se suman a la medida de fuerza en reclamo del boleto universitario, arancel cero en las facultades y la disminución del precio del pasaje a G. 2.000 hasta que se determine un precio real de la tarifa del servicio público.
Se concentrarán junto con estudiantes secundarios en la Escalinata Antequera y la Plaza de la Democracia.