18 ene. 2025

Los retos para el futuro

El reciente ajuste en el producto interno bruto (PIB) per cápita de Paraguay, ahora estimado en 6.823 dólares gracias a los datos actualizados del último Censo Nacional de Población y Viviendas, debe ser analizado en un contexto amplio. Aunque este incremento del 19,4% podría interpretarse como un signo de progreso, también subraya la urgencia de abordar los desafíos estructurales que limitan el desarrollo pleno del país. Con el horizonte del 2025, Paraguay enfrenta una oportunidad única para transformar su crecimiento económico en mejoras sustanciales para su población.

Uno de los principales retos sigue siendo la educación. Aunque se han logrado avances, los indicadores de calidad escolar continúan rezagados. Para el 2025 (y más adelante), se vuelve crucial que el país invierta en tecnologías educativas, capacitación docente y reformas curriculares que preparen a los jóvenes para competir en un mundo globalizado. Sin estas medidas, el capital humano del país seguirá limitado, poniendo en riesgo el futuro económico y social de Paraguay.

En el sector de la salud, los retos también son significativos. La pandemia de Covid dejó al descubierto las debilidades del sistema sanitario. Mirando hacia el 2025, Paraguay necesita aumentar su gasto en salud como porcentaje del PIB, garantizar el acceso equitativo a servicios médicos de calidad y fortalecer la atención primaria en las zonas rurales. Estos pasos son esenciales para reducir la brecha de desigualdad y mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables.

La infraestructura representa otro desafío clave. Si bien ha habido mejoras en la red vial con el correr de los años, la falta de caminos transitables, electricidad confiable (la generación no es el problema) y acceso a agua potable sigue afectando a miles de paraguayos. El 2025 debería ser el año en que el país priorice inversiones en infraestructura sostenible que promuevan el desarrollo económico local y mejoren la conectividad entre regiones. Esto no solo elevaría la calidad de vida, sino que también impulsaría el comercio y la competitividad.

En comparación con otros países de la región, Paraguay tiene mucho que aprender y un largo camino por recorrer. Uruguay y Chile han demostrado que el crecimiento económico puede traducirse en mejoras tangibles en desarrollo humano cuando se implementan políticas públicas efectivas. Mientras el PIB per cápita de Paraguay crece, es importante tener en cuenta que su índice de desarrollo humano aún refleja profundas desigualdades. El reto está en cerrar esta brecha y asegurar que el crecimiento sea inclusivo y que la famosa macroeconomía se derrame en mejores condiciones para la microeconomía.

Otro elemento a considerar es la sostenibilidad económica y ambiental. Con el aumento de la urbanización y la explotación de recursos naturales, Paraguay enfrenta el desafío de equilibrar el crecimiento económico con la preservación de su medio ambiente. Para el 2025, se requiere de un enfoque integral que fomente la energía renovable, la agricultura sostenible y la protección de los recursos hídricos. Este compromiso no solo beneficiaría al medio ambiente, sino que también generaría nuevas oportunidades económicas.

El aumento del PIB per cápita es un indicador alentador, pero no suficiente. Los desafíos que Paraguay enfrenta hacia el 2025 –año en que se espera que la economía vuelva a crecer en torno a su potencial (3,8%) y en que la inflación y el déficit fiscal se reduzcan– exigen acciones decididas en educación, salud, infraestructura y sostenibilidad. Las autoridades deben transformar estos números en políticas públicas inclusivas y efectivas, permitiendo que los beneficios del crecimiento lleguen a todos los ciudadanos. Solo así, el progreso económico será el reflejo de un futuro más justo y equitativo para todos los paraguayos.

Aprovecho esta columna para cerrar un ciclo de más de 10 años en Última Hora. Espero que el lector haya encontrado en esta humilde columna de opinión un espacio de reflexión útil e interesante sobre la economía paraguaya. A título personal, deseo que el 2025 sea un año de verdaderos éxitos para todas las familias paraguayas. ¡Salud!

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