Si bien estos hábitos pueden causar mucho daño a la salud, lo bueno es que pueden ser corregidos para mejorar la calidad de vida.
Según el Ministerio de Salud, los factores de riesgo para la salud son aquellos que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle enfermedades.
El primero de estos es la mala alimentación. Exagerar con el consumo de grasa animal y frituras, azúcar común o blanca en todas sus formas, la sal, los productos envasados procesados como las gaseosas, aperitivos, papas fritas, galletitas, golosinas, masitas, embutidos, pueden producir enfermedades.
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Otro factor considerado como riesgoso para la salud es la presencia de grasas elevadas en la sangre. En la sangre circulan normalmente las grasas (colesterol y triglicéridos). Cuando estas se elevan por encima de los valores normales, dificultan la circulación. Esto puede derivar en un infarto, derrame o problemas de circulación.
El sobrepeso y la obesidad son otros enemigos para la salud que deben generar preocupación. La acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo, predispone el desarrollo de la diabetes, hipertensión arterial y cáncer. La grasa que se localiza a nivel del abdomen es la más perjudicial.
Por otro lado, el consumo de alcohol en exceso, sea en un solo episodio o en reiteradas ocasiones, reduce el autocontrol, los reflejos y la capacidad para procesar la información. Esto suprime la posibilidad de reconocer signos de alerta en una situación de urgencia. Además, puede producir trastornos cardiovasculares.
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Fumar o exponerse al humo del tabaco es otro factor de riesgo, en más de la mitad de las personas que fuman y quienes están en su entorno.
Las enfermedades respiratorias crónicas (bronquitis crónicas, enfisema, asma crónica y alergias respiratorias), el cáncer (de pulmón, boca y otros) y las enfermedades del corazón están relacionados con el consumo de tabaco, informa la cartera sanitaria.
La conducta sedentaria o sedentarismo es la falta de movimiento durante las horas del día, o el no realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física, constituyen otro de los riesgos. Esto nos predispone al desarrollo de la diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y obesidad.
Lo recomendado por el Ministerio de Salud es el desarrollo de al menos 30 minutos de actividades físicas, con un mínimo de tres veces por semana.