22 feb. 2025

Los tiempos de la brillosa austeridad

El nombre Auster tiene origen latino. Es uno de los hijos de Eolo, el dios de los vientos. En los antiguos tiempos europeos era sinónimo de una corriente del sur, seca y ardiente, que en el hemisferio norte prefiguraba el fin del verano y el comienzo de los tiempos difíciles. De la época de la austeridad. No recuerdo, sin embargo, alguna alusión a la congruencia etimológica que hay entre el apellido del escritor estadounidense Paul Auster, fallecido el 30 de abril pasado, y el universo de significaciones de lo áspero, de lo azaroso, de lo arduamente entretejido que caracteriza a sus historias.

Nacido en 1947, Auster fue en los interminables años setenta un escritor bloqueado, con un matrimonio desgraciado y con hijo reciente, viviendo a salto de mata en unos Estados Unidos que salían apresuradamente de su época dorada del pleno empleo, para entrar en los tiempos neoliberales, tiempos de la sospecha y la paranoia heredadas de Vietnam y Watergate. Allí, en esa década en la que un treintañero no alcanzaba a encontrar su propia voz narrativa, hay que buscar el secreto de los orígenes de la austeridad en el sentido austeriano, a pesar de que el componente socioeconómico no sea a primera vista decisivo en el conjunto de su obra: una inteligente literatura de los tiempos aciagos.

“Cuando llegué a la treintena, pasé por unos años en los cuales todo lo que tocaba se convertía en fracaso”, reza la primera frase de A salto de mata (1997), la novelada autobiografía de la experiencia de Auster en la década de los setenta. Una época de “inacabable estado de pánico” por falta de dinero. Así, el protagonista principal de aquel libro no es tanto Paul Auster como el fucking money siempre ausente, como en algún cuento de León Tolstói, alguna ópera de Bertolt Brecht o alguna película de Ernst Lubitsch. La cuestión del dinero se traducía para Auster en permanente pánico y fracaso precoz.

Aunque el asunto monetario no sea el elemento principal que desencadena los dramas de los personajes de Auster, el fracaso y el pánico, mezclados con la sensación de irrealidad y de complot, son características inherentes a la ficción austeriana, a menudo alimentada por una crisis personal, por una histeria epocal que deviene conflicto de implicancias comunitarias: como Benjamin Sachs en Leviatán, Nick Bowen en La noche del oráculo o Ferguson en 4, 3, 2, 1. Es decir, como deriva eminente del Auster de la década de los setenta, la de una Nueva York con paisaje de tercer mundo, mientras los economistas de Chicago se preparaban para asaltar el mundo.

Aquel Bowen, de La noche del oráculo, es uno de mis personajes preferidos, en general. Es muy representativo del arquetipo austeriano: es escritor, tiene un trauma y se vuelve excéntrico. Sin embargo, y por esto es que me gusta, es el único al que siendo un protagonista (y al habitar una novela inconclusa de un escritor, Sidney Orr, quien solo existe a su vez en una novela escrita por alguien llamado Paul Auster) le sucede lo peor que le pueda suceder a un personaje: queda varado en el terreno de lo inacabado, en el limbo de los personajes impublicables, encerrado en un refugio nuclear en el que su creador lo abandona porque, simplemente, no sabe cómo sacarlo de allí. La falibilidad, algo demasiado corriente en la vida creadora de los escritores.

Es la de Bowen, entonces, la historia de los libros que no conoceremos, de los personajes con los que no nos toparemos, de los seres que solo habitan los depósitos de la memoria de los novelistas, pero que Auster nos la comunica igual porque es Orr quien narra la novela, y los narradores son omnipotentes a pesar de su ruina. Sobre todo, cuando son escritores. Y porque la ruina del mundo es el territorio natural de los novelistas, y forma parte de su misión quizá narrar dicha ruina, como intuía Walter Benjamin y se lo dijo a Paul Auster en Nueva York el novelista argentino Tomás Eloy Martínez. Son los tiempos recios a los que se refería en el siglo xvi Teresa de Ávila. Tiempos de la imaginación feroz.

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Carolina Cuenca