Un decreto presidencial firmado el lunes tras su investidura busca volver al primer plano los motores a combustión y suspender las subvenciones federales para instalar estaciones de recarga de vehículos eléctricos en Estados Unidos.
Otras medidas podrían seguir, como la supresión de un crédito federal sobre impuestos para quienes compren un vehículo eléctrico, o la anulación de una exención que permite al estado de California tener criterios más estrictos que el resto del país en materia automotriz.
Trump afirmó al asumir que tiene intención de terminar con el Green New Deal, una iniciativa que incluye las ayudas promovidas por Biden para estimular las ventas de vehículos eléctricos.
Acciones de fabricantes de autos eléctricos como Rivian o fabricantes de equipos de recarga como EVgo cayeron en la bolsa. Tesla, del millonario Elon Musk, un muy cercano aliado de Trump, también cedió terreno.
Para Kathy Harris, directora de la oenegé NRDC –que se ocupa de vehículos con motores de energía limpia–, Trump busca satisfacer a “los grandes jefes de la industria petrolera”.
Harris insiste en que los vehículos eléctricos son mejores para el medioambiente y permiten ahorrar carburante.
JUDICIALIZACIÓN. El decreto presidencial sobre los vehículos a electricidad, al igual que otros firmados desde el lunes, podría llevar a que se interpongan recursos judiciales. “No es el final de esta historia”, advirtió Harris. “Si el gobierno trata de esquivar o ignorar la ley, irá a los tribunales”, añadió.
La Alianza para la Innovación Automotriz, que pretendía que no hubiera cambios a la legislación actual para el sector, reiteró sus críticas en particular sobre el caso de California. AFP