25 nov. 2024

Los videojuegos, la otra cara del Rock in Río más allá de los conciertos

Ingresar a un gimnasio para experimentar los últimos lanzamientos de los videojuegos favoritos mientras que en otros espacios ocurren los conciertos también forma parte del Rock in Río para algunos de los asistentes a la actual edición del festival en la ciudad más emblemática de Brasil.

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La llamada Oi Gameplay Arena es un espacio de 3.980 metros cuadrados que ocupa uno de los gimnasios usados para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016

Foto: @TheEnemyBR

“El Rock in Río no es un festival. Es una experiencia. Usted disfruta el Rock in Río viendo los espectáculos o no viéndolos. Tu no vas a Rock in Río, tu vives el Rock in Río. Me parece maravilloso tener todo esto”, explicó a Efe el estudiante Felipe Blanco, de 28 años, uno de los asistentes al festival que pasó por el espacio destinado a los videojuegos dentro de la Ciudad del Rock.

“El espacio es maravilloso. Soy nerd, me encanta jugar ‘videogames’ y eso me representa mucho”, agregó el estudiante durante su visita al gimnasio, que demoró más que las usuales de otros jóvenes, y tras posar para una fotografía al lado de un modelo a escala del Exterminador del Futuro de la próxima película de la serie.

La llamada Oi Gameplay Arena es un espacio de 3.980 metros cuadrados que ocupa uno de los gimnasios usados para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 dentro del Parque Olímpico, que le sirve de sede al Rock in Río que termina este domingo.

Se trata de uno de las 17 atracciones del Rock in Río, que dejó de ser un simple festival musical para convertirse en un verdadero parque de diversiones, por la que pasa gran parte de los 100.000 asistentes que acuden diariamente al Rock in Río.

La arena tiene capacidad para 3.300 personas simultáneamente que pueden experimentar videojuegos interactivos, disfrutar de los más clásicos, conocer las novedades y hasta probar las tecnologías de videorealidad.

Igualmente pueden sacarse fotos en espacios con escenografías y personajes de marcas como Star Wars, Pro Evolution Soccer, Crash Bandicoot, Exterminador del Futuro o Fortnite, o hasta bailar en un palco de Just Dance.

El espacio dedicado a los videojuegos y las tecnologías fue montado por primera vez en el Rock in Río de 2017 y después ganó vida propia y se convirtió en el “Game XP”, un evento de tecnologías para el universo “geek” que se realiza anualmente en Río de Janeiro.

“Ahora montamos el GamePlay Arena del Rock in Río usando la experiencia de quien realizó eventos de este tipo para 180.000 personas desde que ganamos vida propia y a partir de la concepción de que este contenido representa una industria de entretenimiento tan importante como la música en la vida de las personas”, explica Roberta Coelho, directora de Nuevos Negocios del Rock in Río y CEO de la Game XP.

El espacio también ofrece un área de 100 metros cuadrados para que los desarrolladores independientes de videojuegos exhiban sus innovaciones; un palco para el Just Dance y la zona de 400 metros con juegos tradicionales como fliperemas y pinballs.

Igualmente cuenta con un laberinto de tamaño natural en que los visitantes pueden simular que son las galletas perseguidas por Pac-Man y los pabellones para marcas líderes del ramo como Ubisoft y Arkave VR.

La arena funciona 12 horas diarias, es decir que simultáneamente a los conciertos en los siete diferentes palcos del Rock in Río los visitantes les dan prioridad a los videojuegos mientras se presentan artistas que no son sus favoritos.

“Es un lugar muy grande y hay muchas cosas para hacer. Es muy divertido, pero de aquí a poco vamos a los conciertos”, afirma a Efe Stephanie Ferreira, de 24 años y quien aclara que visitar el espacio no es incompatible con disfrutar los conciertos.

“Es una forma creativa de usar todo el espacio que existe. Es un lugar muy grande. Fue una muy buena idea de ellos: agregar más valor al lugar, agregar más gente joven y garantizar un público mayor para el próximo Rock in Río”, agregó Ferreira.

Pero para otros, el rock puede esperar un poco. Son los asistentes que compraron ingresos para ver a sus grupos musicales favoritos pero que no pueden pasar lejos de una consola de juegos electrónicos. Algunos pasan horas en el espacio.

“La experiencia es fantástica. Es todo muy intenso. Jamás lo olvidaré. A mí me gustan mucho los ‘videogames’ y la cultura ‘nerd-geek’. Todo esto aquí es maravilloso. Tomarse una foto con el exoesqueleto del Exterminador es fantástico”, dijo el también estudiante Gabriel Blanco.

“La verdad no esperaba (el espacio de videojuegos). Fue una sorpresa que me agradó, y mucho. Esto fue algo que agregó al evento. Más cosas para hacer”, afirmó.

Rock in Río, considerado como el mayor evento de música y entretenimiento del mundo, ha ofrecido, en 34 años de vida y 20 ediciones en Río, Lisboa, Madrid y Las Vegas, 119 días de conciertos y 2.338 atracciones musicales, vistas por unos 10,2 millones de espectadores.

La actual edición comenzó el pasado final de semana con tres jornadas en las que se presentaron grupos o cantantes como Bon Jovi, Drake, Weezer y Goo Goo Dolls, y culmina este domingo, tras otras cuatro jornadas, con los conciertos de la banda estadounidense Imagine Dragons y del trío inglés Muse.