Esta fecha marca el momento más antiguo conocido en el que se cruzó el Atlántico; Colón no fue el primer europeo en llegar a América, señala la Universidad de Groninga (Países Bajos), responsable de este trabajo que publica la revista Nature.
El centro explica que los vikingos recorrieron grandes distancias; hacia el oeste, establecieron asentamientos en Islandia, Groenlandia y, finalmente, una base en L’Anse aux Meadows (Terranova, Canadá).
En este trabajo, los científicos, encabezados por Margot Kuitems, demuestran que los europeos estaban presentes en el continente americano hace mil años.
El equipo ha sacado sus conclusiones gracias a la datación por radiocarbono de objetos de madera descubiertos en un yacimiento arqueológico de Terranova, lo que podría ser el primer registro conocido de seres humanos que cruzaron de Europa a América.
En concreto, analizaron tres trozos de madera, procedentes de tres árboles diferentes, que, según los científicos, procedían de contextos arqueológicamente atribuibles a los vikingos.
“Cada una de ellos presentaba claras evidencias de corte y rebanado con cuchillas de metal, un material que no producía la población indígena”, señala el comunicado de la Universidad de Groninga.
La fecha exacta -1021- se pudo determinar porque en el año 992 se produjo una enorme tormenta solar que provocó una clara señal de radiocarbono en los anillos de los árboles del año siguiente.
“El aumento de la producción de radiocarbono que se produjo entre 992 y 993 se ha detectado en los registros de anillos de árboles de todo el mundo”, afirma Michael Dee, director de la investigación.
El número de expediciones vikingas a América y la duración de su estancia sobre el Atlántico siguen siendo desconocidas.
Todos los datos actuales sugieren que este empeño fue de corta duración y es probable que el legado cultural y ecológico de esta primera actividad europea en las Américas haya sido pequeño.
No obstante, las pruebas botánicas de L’Anse aux Meadows han confirmado que los vikingos exploraron tierras más al sur de Terranova.
El año 1021 es el más antiguo en el que se puede demostrar científicamente la presencia europea en América, subraya la universidad, para la que las fechas anteriores de la presencia vikinga en América se han basado en gran medida en las sagas islandesas.
Estas comenzaron -agrega- como historias orales y sólo se escribieron siglos después de los acontecimientos que describen.
Aunque contradictorias y a veces fantasiosas, las sagas también sugieren que se produjeron encuentros, tanto violentos como amistosos, entre los europeos y los indígenas de la región.
Sin embargo, se han encontrado pocas pruebas arqueológicas que confirmen estos intercambios, apunta la universidad.