Así lo señaló un estudio de la Universidad de Glasgow (Escocia) publicado este miércoles, que aunque precisó que los zorros no iniciaron todavía el camino para la domesticación, sí adaptaron sus características físicas del mismo modo en que lo hicieron los perros y los gatos al convertirse en mascotas.
Según la investigación, publicada en la revista Proceedings B de The Royal Society, el zorro rojo que vive en zonas urbanas tiene un cerebro más pequeño y cambió la forma de su hocico para poder alimentarse mejor.
El doctor Kevin Parsons, del Instituto de Biodiversidad, Salud Animal y Medicina Comparativa de la Universidad de Glasgow y director del estudio, señaló que los cambios físicos se deben a que los zorros urbanos no necesitan la agilidad mental que precisan sus compañeros del campo para atrapar una gran variedad de presas vivas.
Por ello, un hocico más corto con una mordida más fuerte les es más útil para alcanzar y devorar las sobras de comida y la basura que hallan en ciudades como la capital británica, donde es muy común verles por las calles a partir del anochecer.
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“Evaluamos los cráneos de cientos de zorros encontrados en Londres y el campo circundante y vimos que los zorros urbanos tenían una capacidad cerebral más pequeña, pero también una forma de hocico diferente que los ayuda a alimentarse dentro de los hábitats urbanos”, dijo Parsons, que añadió que también se reducen las diferencias entre macho y hembra en entornos urbanos.
El hecho de vivir junto a los humanos provocó además que se muestren poco atemorizados ante su presencia.
Un ejemplo de este comportamiento se vio recientemente en un video, divulgado en redes sociales, en que un zorro se acerca a una mujer que hacía un picnic, en una zona ajardinada de un hospital de Aberdeen (Escocia), y, sin temor, hurga entre los restos de su comida y se sienta en su manta estirada sobre el césped, mientras ella le graba a poca distancia.
El doctor Andrew Kitchener, coautor del estudio, indicó que esta investigación arroja luz sobre el proceso de domesticación de perros y gatos, ya que una de sus premisas es adaptarse a la vida con humanos.
“Algunos de los aspectos ambientales básicos que pudieron haber ocurrido durante las fases iniciales de domesticación de nuestras mascotas actuales, como perros y gatos, probablemente fueron similares a las condiciones en las que nuestros zorros urbanos y otros animales urbanos viven hoy”, indicó.