Cuando consideraron el momento de llevar adelante la operación, luego de 28 meses de investigación y trabajo de inteligencia, recuerda que dijo a los agentes: “Este va a ser un caso didáctico, vamos a enseñar a la gente cuál es la tipología del lavado de activos y también la división de trabajo”.
Efectivamente, para desbaratar esquemas de tráfico de drogas y lavado de dinero, en los que estarían implicados como cabecillas Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, y el uruguayo Sebastián Marset (prófugo), se llevaron a cabo más de 100 allanamientos a cientos de propiedades, locales comerciales y hasta a iglesias, y encontraron vínculos con estos clanes que operaban de manera internacional.
El esquema demostró que se contaba con un centro de acopio, proveedores, un sector de transporte terrestre y otro aéreo con aviones para transportar cocaína y otros, para transportar dinero. Tenían un sector que se dedicaba a conseguir empresas para hacer los envíos. Otra división se encargaba del lavado de dinero, de colocar el dinero. “O sea, era una estructura superbién formada. Y lo más importante era que ellos empezaron a tener contactos”, explica.
Según concluyeron, el mejor contacto que pueden tener es el de un político, “que es el que llega a todos los sectores. Entonces, los implicados en el esquema criminal procuraban llegar a distintos lugares y la parte política era la que más les interesaba de modo a poder tener la posibilidad de moverse libremente”.
Aunque A Ultranza desnudó también las conexiones con iglesias y clubes de fútbol y cooperativas. “Marset, por ejemplo, estaba empezando a incursionar en el fútbol. Estaba probando este esquema para llevar a Grecia. Por eso creo que queda mucho todavía por desarrollar de esta causa”, dice.
Antecedente. Se presume que el esquema usaba empresas, negocios, escribanías, estaciones de servicios y templos para introducir el dinero proveniente del tráfico de clorhidrato de cocaína, simulando su procedencia. El esquema de Miguel Ángel Insfrán supuestamente llegó a enviar un total de 17.340 kilos de cocaína a países de África y Europa entre el 2020 y 2021, según la acusación.
El operativo A Ultranza inició con la fase 1, el 22 de febrero del 2022, con más de 100 allanamientos, para desbaratar las redes que operaban en varios puntos del país, más específicamente en el Departamento Central.
En la segunda fase ya se investigaron los patrimonios obtenidos por estos esquemas delictivos. La mayoría de los inmuebles (empresas, viviendas e iglesias) incautados pertenecen al clan Insfrán, según los intervinientes.
La fase 3 del caso se encargó de descubrir la ruta del dinero proveniente del narcotráfico y se investigó el sistema de ingresos de los activos.
Narcopolítica. Los esquemas de Insfrán y Marset sumaron a sus filas a altas autoridades que hoy están también con procesos abiertos. El ex diputado Juan Carlos Ozorio había renunciado a su banca tras ser imputado por tráfico internacional de drogas, asociación y lavado de dinero. El senador Erico Galeano ya está acusado por supuestamente estar al servicio del grupo criminal. En misma, situación está el ex ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) Joaquín Roa.
“La ventaja que tuvo la Senad es que trabajó con un fiscal extremadamente preparado y honesto, de comprobada integridad. Entonces eso ayudó muchísimo”, refiere Zully Rolón, respecto al fiscal Deny Yoon Pak. y otros que le apoyaron también, incluyendo en el Juzgado, “son de primer nivel y esa clase de funcionarios hay que potenciar”, apunta.
La ex ministra lamenta que la Senad no cuente con presupuesto suficiente para la tarea que debe desarrollar. “Hoy no podemos siquiera determinar cuántos aviones ingresan a Paraguay por año (vuelos ilegales). El país no dispone de radares”. Por tanto, tampoco se manejan las “cifras negras”.