Me llamo Lucía Cabral Villalba, tengo 33 años y soy oriunda de R.I. 3 Corrales del Departamento de Caaguazú; actualmente vivo en Saltos del Guairá, hace 17 años. Soy camionera y viajo principalmente a Brasil para transportar productos para la chacra.
Soy de una familia numerosa de ocho hermanos y la verdad que mi infancia fue bastante difícil porque éramos muchos y somos de una familia humilde. Afortunadamente, nunca nos faltó nada porque mis padres siempre se sacrificaron para que no nos falte y tengamos lo mejor, no teníamos lujos, pero vivíamos bien y siempre unidos.
Mis padres siempre trabajaron y se sacrificaron por nosotros y pude terminar el colegio gracias a sus esfuerzos. Luego no continué estudiando porque nunca me llamó la atención una carrera universitaria, siempre quise ir más allá de todo y perseguir mis sueños, siento que estudiar nunca fue lo mío.
Desde muy joven siempre trabajé en muchas cosas y me gustaba ser independiente, tener mi propio dinero y dedicarme a cosas que me gustaban. Primeramente fui vendedora. En los shoppings estuve en varios negocios, después empecé a trabajar como mototaxista en Salto del Guairá, más adelante también me dediqué a manejar taxis.
TRAGICO ACCIDENTE
Un momento bastante difícil en mi vida fue cuando fallecieron mis dos hermanos (el mayor y el menor). Mi hermano más grande tenía en aquel entonces 21 años y el menor tan solo 12 años y ambos perdieron la vida en un accidente vial en el año 2012 en Saltos del Guairá.
Ambos estaban en una motocicleta y de repente un vehículo vino a toda velocidad y les chocó, lo peor de todo fue que el auto pasó por encima de ellos y el conductor les abandonó ahí mismo a su suerte, sin siquiera auxiliarles.
Fue muy duro y difícil para mí reponerme porque uno nunca se imagina qué le va a pasar algo así, nadie está preparado para este tipo de situaciones y recién cuando nos toca una desgracia vemos de otra forma la vida y aprendemos a ser más fuertes. Estuve atravesando una depresión muy grande a causa de ello, pero pude salir adelante y seguir con mi vida, sobre todo por ellos, por la memoria de mis hermanos y por mi familia, no me quedaba de otra que continuar y luchar.
SUEÑO DE CHICO
Desde pequeña me gustaron las cosas que hacían mis hermanos varones, me llamaba mucho la atención porque prácticamente me crié con hombres y a mis dos hermanos fallecidos les gustaba mucho la idea de ser camioneros. Creo que ese fue el impulso principal que tuve para hoy en día ser camionera. Por ellos yo me esforcé para cumplir nuestro anhelado sueño, porque los tres queríamos ser camioneros y viajar juntos a otros países.
A mis 25 años tuve un novio camionero y le acompañaba en sus viajes durante tres años, me gustaba cómo realizaba el trabajo, luego nos separamos y en ese lapso me di cuenta que estaba embarazada. Nació mi hija y me sentí la mujer más afortunada del mundo, me sentí muy feliz. Cuando mi pequeña cumplió dos años empecé a trabajar como camionera y desde hace tres años me dedico a trabajar sola por mi cuenta.
Afortunadamente, tengo a mi familia que me apoya para que yo pueda trabajar. Ella es pequeña, pero entiende, siempre trato de pasar el mayor tiempo posible con mi hija y cuando viajo intento volver los fines de semana para estar con ella y mi familia. Generalmente, suelo viajar hasta una semana y luego regreso a Saltos del Guairá.
Mi hija es mi motivación principal, siempre voy a trabajar y luchar por ella para darle todo lo mejor, a veces es difícil para mí, como madre separarme de ella, pero sé que todo el esfuerzo vale la pena y es para su futuro, por nuestro bienestar y no queda de otra que sacrificarme y trabajar.
Nunca me imaginé que sería camionera, pensé que era tan solo un sueño, pero ahora es parte de mi estilo de vida. Me enorgullece ser mujer y poder demostrar que nosotras también podemos trabajar en esa área.
Yo traslado productos para la chacra, como arroz y todo tipo de granos, legumbres y mayormente viajo a ciudades de Brasil. Ahora tengo un viaje con destino a Minas Gerais para llevar mercadería. Una de las cosas que más me gusta es el recibimiento de las personas en Brasil; allá cuando ven el camión con chapa paraguaya me bocinan, me saludan, me aplauden por ser mujer y eso vale oro; me hice muchos amigos a lo largo de los años con este trabajo y es una gran satisfacción para mí.
Siempre recibo mucha admiración de parte de otras mujeres, de los hombres, incluso de los niños, que se sorprenden al verme al volante. Realmente me siento orgullosa de mí misma porque no es un trabajo fácil, es muy agotador.
INCLUSION DE RUBRO
Creo que en el Paraguay se necesita de inclusión para las mujeres en este rubro de trabajo porque aún hay mucho machismo, lastimosamente. Una de las cosas que creo que se debería implementar en el país son los baños exclusivos, porque así como yo hay otras camioneras mujeres y necesitan un espacio privado y seguro para higienizarse y tener comodidad, en otros países como Brasil esto ya existe y hay bastante inclusión hacia la mujer. Se debe tener en cuenta nuestro trabajo y también se tiene que dejar de lado el tabú que mucha gente tiene respecto a las mujeres porque dicen que nosotras no debemos trabajar en esta área. Eso es totalmente erróneo, hay muchísimas mujeres que pueden hacer esto y más, llegar muy lejos.
Uno tiene que salir a buscar sus sueños, porque todos tenemos un objetivo en la vida y no hay que dejarlos atrás, hay que luchar siempre, continuar, no desistir nunca. Insto a las mujeres a que persigan sus sueños sin importar el qué dirán, porque la vida es tan corta y uno no tiene que quedarse con las ganas. Todo es fácil cuando uno se propone, todo depende de nuestra decisión y para las mujeres no existe nada imposible, todas podemos sobresalir en lo que nos apasiona, nosotras somos fuertes y también podemos manejar un camión, también podemos hacer el mismo trabajo que hacen los hombres. Somos madres, mujeres, trabajadoras, luchadoras, el camino en la vida siempre será largo y difícil, pero nunca inalcanzable.