“Estoy muy arrepentido de lo que pasó, siento mucho lo que hice, todo fue estando bajo los efectos del alcohol y en un momento de ira y rabia”, comenzó diciendo Luis Miguel Roche, quien declaró ser autor confeso del crimen de su propia madre Miguela Ursulina Rodríguez, el pasado 24 de junio en la ciudad de Ybycuí.
Siguió diciendo: “Discutimos, luego me quiso golpear con la tranca de la puerta y tras un ataque de nervios logré alcanzar un machete y luego ustedes ya saben lo que pasó, en ese momento estuve muy mareado y no tuve control de mí".

El matricida manifestó que minutos después del hecho recién se dio cuenta de lo que hizo, por lo que le tomó una desesperación, ínterin en que cavó un pozo en medio de la cocina de la vivienda, donde le enterró a la madre.
Roche admitió que todo el tiempo discutía con su madre, quien no quería que tuviera amistades, ni mucho menos tomar bebidas alcohólicas.
Roche dijo que, luego de cometer el hecho, unos días estuvo por Asunción y luego viajó a la Argentina. Para eso tuvo que empeñar una cámara fotográfica, un televisor y una computadora, con lo que pudo juntar G. 900 mil. “En Argentina busqué un lugar para vivir, pero al no encontrar nada me regresé enseguida. El mismo día que llegué a Buenos Aires hice las gestiones para volver a Asunción y luego ir al Chaco.”
El joven mencionó que en ningún momento fue requerido por policías durante su fuga, tanto en su viaje a la Argentina como al Chaco.
El detenido manifestó que cuando fue encontrado el cuerpo de su madre, él ya se hallaba en una comunidad indígena de Loma Plata.
El autor confeso dijo que no pensó entregarse porque estaba muy asustado y confundido por lo que hizo y en varias ocasiones reiteró que se arrepiente del crimen.
El caso. El joven Roche fue trasladado ayer desde la localidad de Loma Plata, Chaco, hasta Asunción y luego a Ybycuí. El fiscal que investiga el caso, Alfredo Ramos Manzur, solicitó al juez de Carapeguá Víctor Vega el traslado inmediato del autor confeso a Tacumbú. El representante del Ministerio Público dijo que el joven se trasladó hasta el Chaco justamente para no ser reconocido, le decían “El paraguayo”. “Yo estuve con él dos horas y media, me contó su día a día desde el 24 de junio, ese día viajó a Asunción, el 28 fue a la Argentina y volvió el día 30. Él sustrajo de la madre la suma de G. 300 mil, lo que sorprende de este muchacho es la preparación intelectual que tiene, se puede conversar muy bien con él”, explicó el fiscal.
El joven estaba siguiendo el curso de confirmación los días sábados en la iglesia de San Rafael. Era seguidor de los escritos filosóficos de Aristóteles y Platón, entre otros.
Su corta estadía por Buenos Aires fue a raíz de que no encontró trabajo, ya que no conocía a nadie. Su intención era trabajar en Loma Plata en la cooperativa menonita.
El también detenido por este caso Hugo Urdapilleta solicitó su libertad, lo que es estudiado por el Juzgado de Carapeguá.
El perfil del chico
El muchacho negó ser adicto a las drogas, pero sí mencionó que en algún momento estaba siendo medicado con tranquilizantes por un cuadro de principio de esquizofrenia, recetados por un médico siquiatra de nombre Lorenzo Villalba.
El joven también negó que esté metido en algún grupo satánico, por lo que se descarta que el crimen sea por un sacrificio satánico.
Luis Miguel Roche confesó que actuó solo sin la ayuda de nadie.
El joven, pese a su corta edad de 19 años, sorprende por su capacidad intelectual. En ningún momento cayó en contrariedades durante sus expresiones con la prensa que lo asedió y se mantuvo tranquilo en todo momento.