El ex presidente brasileño Lula da Silva salió libre ayer de la cárcel de Curitiba donde purgaba una pena de más de 8 años de reclusión, tras beneficiarse de una decisión de la Corte Suprema.
El líder histórico de la izquierda salió sonriente de la sede de la Policía Federal, donde cumplía su pena desde abril de 2018, y fue rodeado por una multitud enardecida de partidarios que lo aclamaba. Su compañera sentimental, Rosángela da Silva, con quien anunció que se casaría una vez libre, lo abrazó apenas salió del recinto.
Un juez de Ejecución de Penas determinó poco antes que ya no existen fundamentos para la ejecución de la sentencia, después que la Corte Suprema decidiera el jueves que nadie puede ser encarcelado mientras tenga recursos legales disponibles.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, afirmó previamente que Lula tiene la intención de agradecer a las personas que realizan una vigilia de apoyo en Curitiba desde hace 580 días y que una de sus primeras actividades previstas será visitar el Sindicato de los Metalúrgicos de las afueras de São Paulo donde inició su carrera política.
Impacto político. Según analistas, Lula en libertad fortalecerá tanto al PT como, paradójicamente, al presidente Jair Bolsonaro, que supo captar el odio de una parte del electorado hacia el ex líder sindical, prometiendo incluso hacer que el ex mandatario se pudra en la cárcel. “Para Bolsonaro es una buena noticia, porque refuerza la polarización ideológica que lo eligió. Veremos a Lula más presente en el escenario político y eso permitirá que Bolsonaro refuerce su papel de líder del campo anti-PT”, dijo el analista Thomaz Favaro, de Control Risks. Bolsonaro hasta ahora no reaccionó, pero sí dos de sus hijos. “Miles de presos serán liberados generarán graves consecuencias sociales y económicas internas y externas”, escribió el concejal Carlos Bolsonaro. También el diputado Eduardo Bolsonaro criticó la nueva situación a la que se ve confrontada el poder judicial, aunque entre los 4.895 posibles beneficiarios de la decisión del STF muchos permanecerán en la cárcel.
“Han intentado criminalizar a la izquierda” dijo en Curitiba
El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva acusó ayer a la Justicia, la Policía y al Estado brasileño de intentar criminalizar a la izquierda por los 580 días que permaneció encarcelado en Curitiba por una condena de corrupción.
“Necesitaba resistir para luchar contra el lado podrido del Estado, de la Policía Federal, del Ministerio Público, de la Justicia. Trabajaron para criminalizar a la izquierda, a Lula y al Partido de los Trabajadores”, manifestó un emocionado Lula en las inmediaciones de las instalaciones en las que ha estado encarcelado ante una multitud de seguidores. Lula, de 74 años, dejó la cárcel gracias a una decisión de la Corte Suprema adoptada el jueves. EFE