El mandatario brasileño ha liderado con su par colombiano, el también izquierdista Gustavo Petro, los esfuerzos por una negociación entre Maduro y la oposición, insistiendo en que deben publicarse las actas de la elección presidencial con el detalle del escrutinio mesa por mesa.
“La oposición dice que ganó. Él (Maduro) dice que ganó, pero no hay prueba. Nosotros exigimos la prueba”, apuntó.
Maduro, en la presidencia desde 2013, fue proclamado reelecto por el Consejo Nacional Electoral, con 52% de los votos en los comicios del 28 de julio. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) convalidó luego el resultado. Ambas instituciones son acusadas de servirle.
La oposición publicó en un sitio web copias de más del 80% de las actas de votación, las cuales considera prueban la victoria de su candidato Edmundo González Urrutia y el fraude de Maduro.
Con esas declaraciones Lula, un fuerte aliado del ex presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013), padre político de Maduro, sube aún más el tono frente a Venezuela y se alinea con una decena de países latinoamericanos, Estados Unidos y la Unión Europea que rechazan la convalidación del triunfo del mandatario socialista.
Ya el 16 de agosto el jefe de Estado brasileño había dicho en otra entrevista radial que “Venezuela vive un régimen muy desagradable”, aunque no considera que “sea una dictadura”, pero sí “un gobierno con sesgo autoritario”.
Frente a las críticas internacionales, el Gobierno venezolano ha denunciado “injerencia” en sus asuntos internos y repite que no se pronunció sobre las impugnaciones del ex presidente ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro a su derrota en los comicios de 2022, ganados por Lula.
Lula recordó haber enviado una carta a Maduro cuando asumió el poder en 2013 instándolo a “no repetir la misma división que había con Chávez” en Venezuela. “Sinceramente, no sé lo que Maduro hizo, tomó una decisión política (...) que lidie con las consecuencias de sus acciones”, añadió.
CRÍMENES DE ODIO. La Alianza Ciudadana por la Libertad de Venezuela, una agrupación en la que participan 45 asociaciones españolas y venezolanas, denunció ayer que “se están cometiendo delitos de odio” en Venezuela y anunció que impulsará la “vía de la justicia universal para poner a disposición de los tribunales a los responsables”. Exhibieron imágenes de grupos violentos disparando y atacando a manifestantes y defendieron que “estos crímenes no pueden quedar impunes”.
“Estos hombres de negro son los llamados colectivos, un nombre tras el que se esconden lo que en otros países se llaman grupos parapoliciales”, aclaró el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.