“Debe someterse a una operación programada de cadera en la segunda mitad del año”, indicaron a EFE fuentes de la Presidencia de Brasil, que subrayaron que el mandatario progresista, de 77 años, continuará con su agenda oficial de forma “normal” y “según lo previsto”.
La infiltración de ayer tuvo lugar en el Hospital Sírio-Libanês de Sao Paulo, una de las clínicas privadas más prestigiosas de Latinoamérica.
El jefe de Estado participó en la ceremonia de toma de posesión de la nueva directiva del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo, donde se forjó como político.
Lula exaltó el papel de los sindicatos del cinturón industrial paulista, pues “simbolizan una lucha histórica” ya que “realizaron las primeras huelgas, ayudaron a derrotar” la dictadura militar (1964-1985), a crear el Partido de los Trabajadores (PT) que él lidera. EFE