Estados Unidos, por su parte, se preparaba para apoyar oficialmente al canciller nacional Rubén Ramírez Lezcano, ya respaldado por grupos conservadores en el país norteamericano.
La estrategia de Itamaraty y sus aliados en América Latina es fortalecer un nombre capaz de ofrecer resistencia a la ofensiva conservadora de Trump, que quiere influir en el organismo para aumentar la influencia de Estados Unidos en la región.
La decisión del Brasil y sus aliados se dio a conocer el pasado martes a través de un comunicado.
Según la administración Lula, el diplomático tiene una posición única para enfrentar los desafíos contemporáneos para nuestros países, ofreciendo una nueva perspectiva que refleje las realidades y aspiraciones del Caribe y América en su conjunto.
Citaron su experiencia en diplomacia, destacando su papel como vicesecretario general de la OEA.
El próximo elegido para la presidencia de la OEA encabezará el órgano internacional para los próximos cinco años.