Los luqueños tienen muchas cosas. Por ejemplo, el Kure Ára, un evento con entrada libre que se realiza anualmente en la ciclovía. Se habilitan casillas de venta de productos relacionados con el chancho, el conocido animal que representa a Luque.
Los luqueños saben que el lugar en el que viven se considera como la ciudad de la música, que se cultiva la orfebrería, que se fabrican guitarras, que se destaca por sus negocios de joyería, que se hacen filigranas, arpas. De las primeras arpas que fueron a Europa, desde Paraguay, fueron arpas luqueñas.
Los luqueños cuentan con numerosos sitios de referencia, como el aeropuerto, la Confederación Sudamericana de Fútbol, las amplias y renovadas plazas General Aquino y Mariscal López, una peatonal histórica con construcciones que datan del siglo XIX y siglo XX; y además la antigua estación del ferrocarril que se mantiene limpia y conservada. Y también, no podemos olvidarlo, el estadio Feliciano Cáceres, con capacidad para más de 27.000 personas.
“Nosotros ya no decimos que vivimos en la ciudad de Luque”, dice, orgullosa, Juvencia Peña, bibliotecaria de la Biblioteca Municipal de Luque. “Vivimos en la república de Luque. Somos orgullos de decir que somos luqueños. Somos apasionados por nuestra ciudad, por nuestros colores. Es algo que se inculca”.
Juvencia cita frases típicas del saber popular luqueño, como que, en Luque, el pobre trabaja con oro, el ignorante corrige diccionarios y que el pacífico explota bombas.
Los luqueños también tienen una expresión reconocida: “A lo Luque”. Según Juvencia, la frase proviene de un acontecimiento ocurrido en un encuentro de fútbol. “Uno de los jugadores se agachó y agarró un puño de pasto. Y le dijo a sus compañeros: ‘Jajugá a lo luqueté'. Y de ahí, luego de los 90 minutos, se remontó la cifra y ganó el luqueño por tres goles contra dos”.
Los luqueños saben que fueron, alguna vez, la capital provisional del Paraguay. “Durante la Guerra de la Triple Alianza, las tropas extranjeras querían invadir Asunción. El Mariscal López pidió que desde el 22 de febrero de 1868 hasta el 7 de diciembre, se trasladara a miles de familias asuncenas”, relata la bibliotecaria. “Venían los bombardeos, y para evacuar Asunción, se ordenó que los habitantes vinieran con el vicepresidente (Francisco) Sánchez. Vinieron en carretas, en caballos”.
La historia que se cuenta es más rica, aclara la bibliotecaria, puesto que Luque fue una ciudad creada por medio de una capilla, de la actividad de los primeros habitantes, de la reminiscencia de los primeros pobladores, que eran guaraníes. Reside en ella un sentido de comunidad que se expresa a través del azul y el oro del cielo que pintan sus calles, sus ropas y su arte.
Sepa cómo nace el reconocido símbolo de la ciudad luqueña
Luque proviene del latín Luccus, lugar de los bosques sagrados. En el año 1635, el gobernador español, Martín Ledesma, concede dos leguas de tierras al capitán Miguel Antón de Luque, en el conocido como Valle de las Salinas. El nombre de Luque recién se estableció cuando se creó la Municipalidad, en 1935, cuenta Juvencia Peña, bibliotecaria con más de 31 años en la Dirección de Cultura del municipio de Luque.
En el siglo XVIII, sigue relatando Juvencia, un descendiente del capitán Antón, Miguel Antón, transfirió a los franciscanos 25 fanegas de tierra, un conjunto de tierras agrícolas.
Los franciscanos edificaron una capilla en donde actualmente se halla el santuario Virgen del Rosario.
Un viernes 25 de marzo de 1921, por pedido del monseñor Sinforiano Bogarín, el padre Pantaleón García (quien fuera nombrado nuevo cura párroco) se ve en la tarea de construir la nueva iglesia de Luque. “Vaya y dé comienzo a la obra”, le dijo el monseñor. La obra inició en 1928, se interrumpió en 1932 y se retomó en 1934. El templo es finalmente inaugurado el 30 de julio de 1939.
Luque celebra anualmente fiestas patronales en homenaje a la Virgen del Rosario, y la iglesia nunca está vacía, los luqueños la visitan a diario para realizar sus oraciones.
La devoción del pueblo luqueño puede ser comparado con su ya mencionado fanatismo.
Origen del reconocido símbolo. Para hablar del famoso animal que representa a la ciudad, por ejemplo, se puede mencionar la instalación de una fábrica de embutidos a base de carne porcina (a cargo de inmigrantes alemanes) durante la década de los 40 del siglo XX. Es probable que la fama de Luque por su producción y distribución de embutidos en aquel entonces, tenga una relación estrecha con el símbolo del animal que hoy ya es tradición luqueña.
“Luqueño se fundó en el año 1921 –relata Juvencia–, y después de tres, cuatro años, estaba en primera división. En ese tiempo no había colectivo, y la gente se quería ir a Asunción (cuando el equipo jugaba en la capital). Y solamente había dos camiones de carga que le llevaba a la gente. Había vagones especiales para el transporte de chanchos. De lunes a viernes, en uno de los vagones se traía chancho (desde otras ciudades a Luque), y desde Ypacaraí por ejemplo ya venía muy cargado. Los domingos no se traía chancho, y como la gente se quería ir a Asunción porque son todos fanáticos, se iban en los vagones del chancho”.
Piden mayor cuidado en calles céntricas
Ante la sobrepoblación de los vehículos durante el final de la jornada en las calles principales de Luque, los pobladores apuntan a la necesidad de habilitar nuevos tramos que se utilicen exclusivamente para los vehículos o los colectivos que transitan por la zona. El importante ingreso de personas desde Asunción y otras áreas aledañas perturba el tráfico y aumenta el riesgo de accidentes, señalan.
También reclaman la falta de veredas y que existen baches que apeligran a los conductores como también al paso de los peatones.
La Municipalidad de Luque, entretanto, anunció a finales de marzo la ejecución de obras de mejoramiento vial en la zona del Mercado.