Se trata de un hombre paraguayo de 41 años, considerado de alta peligrosidad, oriundo de Tavapy, Departamento de Alto Paraná. Sin embargo, su zona de operaciones es el Departamento de Canindeyú, y la última vez que reapareció fue en una emboscada, que se registró en el mes de febrero pasado, en un camino de una zona boscosa de la colonia Brítez Cué, en Canindeyú, donde su camioneta fue abandonada con varios impactos de bala.
Los investigadores señalan que su base de operación desde hace mucho tiempo es la ciudad fronteriza de Corpus Christi (Canindeyú), un punto estratégico en el negocio del narcotráfico y donde recientemente sus hombres habrían atacado a tiros un helicóptero de la Fuerza de Tareas Conjuntas (FTC) que sobrevolaba la zona. Por este hecho fueron detenidas cinco personas y fueron halladas las camionetas usadas en el ataque.
Para la Policía Nacional, Macho es un jefe narcotraficante, encargado de la financiación de extensas plantaciones de marihuana, así como la facilitación de aterrizajes de avionetas cargadas de cocaína en pistas clandestinas que son controladas por su grupo criminal.
Al respecto, el ministro de la Senad, Jalil Rachid, calificó al grupo liderado por Felipe Acosta como “una estructura que estaba con una fuerte tendencia a expandirse, incluso más allá del Departamento de Canindeyú”.
“Nos abocamos a la investigación de un grupo muy estructurado, muy organizado dentro del Departamento de Canindeyú, y que ya estaba causando estragos”, había manifestado Rachid.
Además, Acosta Riveros tendría también a su servicio a indígenas, a quienes tiene de encargados de cuidar los cultivos de marihuana, brindando soporte logístico a la estructura delictiva.
En el mes de mayo pasado, cuatro líderes indígenas, de los cuales dos poseen rosario de antecedentes y órdenes de captura, fueron detenidos en Brítez Cué, a bordo de dos lujosas camionetas que, según la Policía Nacional, les habría entregado Felipe Santiago Acosta, alias Macho. Una era robada y la otra tenía chapa apócrifa.
conflicto policial. En setiembre pasado, se registró un incidente con la policía en la zona de Brítez Cué, donde supuestamente un grupo de policías que estaban realizando control divisaron un vehículo denunciado como robado. Realizaron un procedimiento normal, pero rápidamente fueron rodeados por unas cincuenta personas fuertemente armadas, lideradas por Acosta Riveros. Los policías quedaron a merced de los delincuentes, quienes ordenaron que se tiraran al suelo con disparos intimidatorios ordenados por Macho.
Tras este suceso, fueron destituidos el comisario Reinaldo Delgado, jefe del Departamento de Investigaciones; y el comisario Víctor Tandil, entonces director de Policía del Departamento de Canindeyú.