“El presidente ha sido claro en que su convicción sobre la importancia de dar un debate republicano implica respetar el resultado de ese acuerdo y no vetar la ley”, declaró ayer el jefe de gabinete, Marcos Peña.
La iniciativa que legaliza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación ya fue aprobada en la Cámara de Diputados y será votada en el Senado el 8 de agosto.
Peña respondió así al pedido de varios religiosos, entre los que destaca el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Fernández, quien el lunes, en la misa de tedeum por el Día de la Independencia, pidió a Macri vetar la ley, en caso de obtener la aprobación de la Cámara Alta.
Fernández solicitó a Macri que imite la actitud de su par uruguayo, Tabaré Vázquez, quien en el 2008 vetó la despenalización del aborto en su país, aunque cuatro años después la norma fue finalmente aprobada.
El jefe de gabinete dijo que la relación institucional del Gobierno con la Iglesia “es muy buena” y señaló que desde el Gobierno “hemos sido muy respetuosos” de la posición contra el aborto que han expresado autoridades eclesiásticas. efe