La reestructuración, que en la práctica supone rebajar a más de la mitad el número de carteras ministeriales, se llevará a cabo, en la mayoría de los casos, mediante la absorción de unos ministerios por otros, de acuerdo con el reporte de Pedro Damián Diego, de la agencia Efe.
Esta situación también comprende la eliminación de las figuras de los vicejefes del Gabinete de Ministros (Gustavo Lopetegui y Mario Quintana), aunque –salvo cambios de última hora– se mantendrá al jefe del mismo, Marcos Peña, según fuentes políticas consultadas por la agencia de noticias.
El Gobierno argentino está integrado actualmente por 22 miembros, incluidos el jefe del Estado y la vicepresidenta, Gabriela Michetti, que a su vez es la presidenta del Senado.
Para realizar este reajuste, en el marco de una drástica reducción del déficit público a menos de una cuarta parte de lo pactado en su día con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que era del 1,2 por ciento, Macri mantuvo este sábado en la residencia presidencial de Olivos, en la periferia e la capital argentina, una larga y apretada jornada de reuniones maratonianas.
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En ellas participaron Marcos Peña, miembros del Gobierno y personas de su círculo político más próximo, como la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y el jefe del Gobierno de la Ciudad Autónoma capital del país, Horacio Rodríguez Larreta.
Los ministerios de Trabajo, Modernización, Ciencia y Tecnología, Cultura, Energía, Agroindustria, Salud, Turismo, y Medio Ambiente se convertirán en secretarías de Estado bajo el paraguas de otras carteras.
Se da como muy probable que el departamento ministerial de Transporte se una al de Energía y el de Salud con el de Desarrollo Social, al tiempo que los de Medio Ambiente y Modernización pasen a depender directamente de la Jefatura del Gabinete de Ministros.
Las carteras de Cultura y de Ciencia y Tecnología se integrarán en el Ministerio de Educación, una vez degradadas al rango de secretarías de Estado.
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Trabajo pasará a estar bajo la órbita del Ministerio de Producción y, por su parte, Agroindustria, que acaba de despedir a cerca de 600 empleados públicos, pasaría al Ministerio de Hacienda que dirige Nicolás Dujovne, otro de los asistentes a las reuniones de hoy en Olivos.
También es muy probable que el Ministerio de Producción absorba al de Turismo, dentro de este plan cuyo fin último es una reducción adicional del gasto público del orden de 100.000 millones de pesos argentinos (unos 3.200 millones de dólares).
Se pretende llegar a una reducción global del gasto de la Nación Argentina de cerca de 500.000 millones de pesos argentinos (casi 16.000 millones de dólares), a base de aplicar estas y otras medidas de diversa índole que posiblemente serán presentadas por Macri el lunes próximo.
Entre ellas, se estudia un considerable aumento en las retenciones a las exportaciones, para incrementar de esta manera la capacidad recaudatoria de las arcas públicas.
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Las reuniones de ayer, y las que probablemente celebrará Macri este domingo, se produjeron como cierre de una “semana negra” en la que el peso argentino se desplomó un 21 por ciento –un 34 por ciento en el mes de agosto– frente al dólar estadounidense, al tiempo que la inflación cabalga por índices insoportables.
La devaluación monetaria se situó el jueves en el 102% (acumulado en lo que va de año) con respecto al dólar y en el 96% con arreglo al euro, y la inflación interanual oficial (julio-julio) del 31,2% y 19,2% acumulada en lo que va de año.
El jefe del bloque de diputados del kirchnerista Frente para la Victoria, el diputado Agustín Rossi, pidió hoy a Macri que ponga la economía “en función del trabajo y no del FMI” y deje de gobernar para “los que especulan”.
En un acto en la localidad de Lanús, en la periferia de Buenos Aires, Rossi manifestó: “Macri tiene que gobernar a favor de quienes luchan todos los días para salir adelante, de quienes producen, de quienes trabajan y dejar de beneficiar a los que especulan”.
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