Francia, que lidera los países europeos que se oponen al acuerdo, lo considera “inaceptable”, al estimar que los agricultores del bloque sudamericano deben respetar las normas ambientales y sanitarias en vigor en la UE para evitar una eventual competencia desleal.
“Nuestros agricultores no pueden ser la variable de ajuste del poder adquisitivo (...) ni la variable de ajuste de los acuerdos agrícolas”, sostuvo el presidente francés antes de inaugurar el Salón anual de la agricultura en París.
“Por eso, también nos opusimos al Mercosur tal como fue firmado”, declaró Macron, al referirse al tratado comercial.
El acuerdo para liberalizar el comercio entre la UE y cuatro países sudamericanos –Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay– fue firmado el 6 de diciembre de 2024, pero aún debe ser ratificado antes de su entrada en vigor.
“Tal cual fue firmado es un mal texto. Y por eso haremos todo lo posible para que no siga su camino, para proteger la soberanía alimentaria francesa y europea”, insistió Macron. “No hay nada que diga que mañana los alimentos no se convertirán en un arma, así que nuestra responsabilidad es producir en nuestro propio suelo lo que necesitamos para alimentarnos y alimentar a nuestros hijos”, dijo.
El vicepresidente del partido de extrema derecha francés, Louis Aliot, calificó a su vez el tratado de “catastrófico”.
“Puedes abrir tu mercado a productos de todo el mundo, pero tienen que cumplir las mismas normas”, dijo el político del Reagrupamiento Nacional.
Para ser ratificado, este acuerdo de libre comercio debe obtener la aprobación de al menos 15 Estados miembros que representen el 65% de la población de la UE, y luego conseguir la mayoría en el Parlamento Europeo.
Creado en 1991, el Mercado Común del Sur (Mercosur), reúne a Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y, desde 2023, Bolivia, que no está concernido por el acuerdo.
Venezuela adhirió al bloque en 2012, pero su membresía fue suspendida en 2016. AFP